28 mayo 2021

28 de mayo

Nuestros reformistas hablan como se mueven los caracoles en terreno intrincado: según un programa largo a plazo medio. Y como se quedan en el camino, confían en poder escapar al tufo inmóvil… que arrastran consigo.

Como Stomma, que normalmente consideraba desconfiadamente cualquier palabra como una trampa, contemplaba milagreramente la curación de su hija, le pidió a Zweifel que lo curase también a él, aplicándole la babosa chupadora contra la gota. Cada vez, después de haberle recorrido la babosa la espalda hasta la nuca durante cinco minutos exactamente medidos, decía: «Estoy mejó. Me vi a sentí kom’un joven pa bailá la polka».

Entre los que formulan proyectos. Por todas partes se abre paso la disputa sobre el ritmo y la dirección del progreso (como hay que llamarlo) a través de documentos, decisiones, propuestas adicionales y actas.

El primero de Adviento del cuarenta y cuatro, cuando el último invierno de la guerra dominaba la situación en todos los frentes, Lisbeth Stomma fue en Karthaus al peluquero y volvió con una permanente: una mujer joven y terriblemente normal. Zweifel anotó los cambios, lo mismo que, en su época escolar, había observado y redactado, en notas cuidadosamente caligrafiadas, el fototropismo y la respiración de los pulmonados, el proceso de reproducción de los hermafroditas caracoles de viña y la forma de desplazarse del pie reptante… El 28 de mayo de 1944 escribió en su diario: «Inmediatamente después de colocársela (muslo izquierdo), L. St. comenzó a tararear primero y a cantar luego, sin que fuera reconocible la melodía. Sólo hacia el final del tratamiento el amorfo tralalá se convirtió en la canción de moda Rosamunde, pero la letra de la canción, salvo el título y la expresión “libreta de ahorros”, no eran comprensibles. Según mis propias observaciones y lo declarado por el padre, A. St., L. St. ha tarareado y cantado por primera vez desde la muerte de su hijo Hannes (2 de septiembre de 1939)»… Y, a título comparativo, esta anotación: «Hoy, 21 de septiembre de 1944, los dos tentáculos oculares de la babosa chupadora mostraron reacciones alteradas. Ni la oscuridad ni el contacto con los globos oculares provocaron ninguna retracción. Al cabo de una hora, la insensibilidad comenzó a desaparecer. Sin embargo, sólo al atardecer, ocho horas después del tratamiento (parte de la nuca), pudieron calificarse de normales el fototropismo y las demás reacciones de la babosa chupadora».

Cuando el caracol se encontró viniendo en dirección contraria, se vio refutado.

—¡No puede ser! —gritó—. Yo creo que ahí delante está delante.

Después de haber dudado a su manera, cambió de dirección y volvió a encontrarse.

—Así que tenía razón. ¡Ahí delante estaba delante!

Se dio la vuelta y se alejó, el uno del otro: una escisión trágica y —vista a distancia— también cómica

Günter Grass
Del diario de un caracol

Uno de los textos más personales del Premio Nobel alemán.

Ideado como un diario de la campaña electoral que realizó en 1969 a favor de la candidatura de Willy Brandt, trasciende por su complejidad la mera anécdota política, para instalarse entre el ensayo y la prosa poética.

En 1969, Günter Grass participa en la campaña electoral a favor del Partido Socialista de Alemania y, muy especialmente, de su amigo Willy Brandt. El diario de su gira le sirve luego para escribir un libro en el que las fronteras entre narrativa, política y autobiografía se confunden.

El autor se dirige a sus cuatro hijos —y, así, a las nuevas generaciones alemanas— para hablarles de la democracia y de los horrores del Tercer Reich. Y crea una historia: la del profesor de instituto Hermann Ott, llamado «Zweifel» (duda), que apoyó a los judíos de Dánzig durante su persecución y expulsión.

Para Grass, el riesgo está siempre en los extremos. El simbolismo político del caracol resulta claro: en la historia del progreso no hay saltos sino un lento deslizarse hacia adelante, y desde esa idea lucha contra quien pretenden sobrepasarlo por la izquierda o la derecha.

«Sólo quien se ha sentado en una vacía concha de caracol y ha vivido en el lado de sombra de la Utopía puede medir el progreso».

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