DE LOS ARCHIVOS DE LA PRIMERA IGLESIA MANCOMUNADA DE UN DIOS PARA TODOS LOS HOMBRES, CHAGRIN FALLS, OHIO: TRANSCRIPCIÓN PARCIAL DE LA BODA ENTRE EL SEÑOR STONECIPHER BEADSMAN III, DE SHAKER HEIGHTS, OHIO, Y LA SEÑORITA PATRICE ANDLEMOTH LAVACHE, DE MADISON, WISCONSIN, 26 DE MAYO DE 1961.
MINISTRO: ¿Dónde está todo el mundo?
PATRICE LAVACHE: Aquí estoy, señoría.
MINISTRO: ¿Y dónde está el novio?
STONECIPHER BEADSMAN III: Estamos aquí.
ROBERT GERBER, PADRINO: ¡Aquí estamos!
MINISTRO: ¿Ya estamos todos?
SEÑORA LAVACHE: Hay una prenda íntima de señora atada al sombrero de ese hombre.
ROBERT GERBER: «Oh, primero me dio whisky, luego me dio ginebra, después me dio crema de menta para que la besara en la barbilla».
MINISTRO: Este hombre está ebrio.
PATRICE LAVACHE: Oh, Stone.
STONECIPHER BEADSMAN III: Cállate, Patrice. Padre, yo personalmente no estoy ebrio, el señor Gerber está aquí solo para traer el anillo, todas las partes pertinentes están en condiciones, sigamos con lo nuestro.
SEÑORA LAVACHE: Insisto en que ese hombre se quite la ropa interior del sombrero.
MINISTRO: Lo cierto es que debemos insistir, señor.
ROBERT GERBER: ¿Tiene usted alguna idea, alguna idea, de lo que significan estas medias?
SEÑORA LAVACHE: Me estremezco al pensarlo. Estoy temblando, Edmund.
SEÑORA LENORE BEADSMAN: ¡Sigamos adelante!
ROBERT GERBER: «Oh, primero me dio whisky, luego me dio escocés, después me dio crema de menta para que la besara en…».
SEÑORA LAVACHE: Oh, Edmund.
SEÑOR LAVACHE: Ya, ya. La familia está forrada.
SEÑORA LENORE BEADSMAN: Esto es ridículo, continuemos. Stonecipher, ¿qué estás haciendo?
STONECIPHER BEADSMAN III: ¿Podemos, Padre?
MINISTRO: Ejem. Señorita LaVache, entiendo que ha redactado sus propios votos, para que sean leídos al señor Beadsman.
PATRICE LAVACHE: Sí, Señor.
MINISTRO: ¿Y el señor Beadsman?
STONECIPHER BEADSMAN III: Yo utilizaré los habituales. Si los habituales son lo bastante buenos para el resto del mundo judeocristiano, serán lo bastante buenos para mí.
PATRICE LAVACHE: Oh, Stone.
MINISTRO: ¿Va a encontrarse ese hombre bien?
SEÑORA LAVACHE: No parece que esté bien en absoluto.
MINISTRO: ¿Qué es ese anillo que lleva? ¿Se supone que es el anillo de bodas?
STONECIPHER BEADSMAN III: Por supuesto que no. Bob, muéstrale al ministro el anillo monstruosamente caro que he comprado.
ROBERT GERBER: Aquí está.
PATRICE LAVACHE: ¡Pero eso es un anillo decodificador del Llanero Solitario!
ROBERT GERBER: ¡Sorpresa!
STONECIPHER BEADSMAN III: ¿Dónde está el anillo monstruosamente caro que he comprado?
ROBERT GERBER: Se me fue la cabeza. Se lo di a Paquita, a mi pequeña flor del Amazonas. Una locura, la pasada noche, bajo el fulgente baño de la luna del Medio Oeste. El aire de la noche, la primavera en Cleveland. Y ella, a cambio… ¡Oh Paquita, mi pequeña flor del Amazonas!
SEÑOR LAVACHE: Así que de ahí es de donde viene esa cosa.
STONECIPHER BEADSMAN III: Esto supera lo imperdonable.
ROBERT GERBER: «Oh, primero me dio whisky, luego me dio hierba…».
SEÑORA LENORE BEADSMAN: Maldito sea.
MINISTRO: Ejem. Queridísimos hermanos, estamos… a la vista de Dios… en unión espiritual… que hable ahora o… señorita LaVache… encantadores votos… ¿promete… señorita LaVache… para siempre…?
STONECIPHER BEADSMAN III: Por supuesto que sí.
MINISTRO: Yo os declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.
STONECIPHER BEADSMAN III: Ven aquí, Patrice. ¿Estás lista para recibir un beso?
PATRICE BEADSMAN: Sí.
STONECIPHER BEADSMAN III: Genial.
ROBERT GERBER: ¡Ja!
SEÑORA LENORE BEADSMAN: Es casi la hora.
STONECIPHER BEADSMAN III: Vamos a llegar tarde al banquete. Por favor, Patrice, sube al coche inmediatamente.
ROBERT GERBER: Tremendo, tío. Felicidades.
STONECIPHER BEADSMAN III: Tú, bastardo. Llevabas unas medias en mi boda, y he tenido que utilizar un anillo de una caja de Ralston. Ajustaré cuentas contigo en el terreno de lucha empresarial.
ROBERT GERBER: ¿Ah, sí?
STONECIPHER BEADSMAN III: Una ceremonia condenadamente buena, Padre. Le será retribuida. Debo irme. ¡Adiós a todos!
TODOS: ¡Adiós!
SEÑORA LENORE BEADSMAN: Pequeño donnadie engreído
David Foster Wallace
La escoba del sistema
La misteriosa desaparición de su bisabuela y de veinticinco personas más, entre «residentes» y empleados, de la residencia de ancianos Shaker Heights ha dejado a Lenore Beadsman emocionalmente encallada al borde del Gran Ohio Desértico, el G. O. D. Pero ese es simplemente uno de los muchos problemas de la desventurada operadora telefónica, seriamente agravados por su relación sentimental con su jefe, Rick Vigorous, quien además es adicto a narrar historias macabras y sensacionales; el parloteo obsceno de Vlad el Empalador su cacatúa y estrella televisiva, y otras catástrofes menores que amenazan con elevar su búsqueda del amor y la autodeterminación hasta cotas de una anormalidad estrambótica.
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