Primera operación de la vista: 25 de mayo
La operación de cataratas habrá de imponer a Galdós unos meses de silencio literario. Se realizó en mayo y en el domicilio de Alberto Aguilera, cuidadosamente preparado para tal hecho. Se operó entonces el ojo izquierdo de Galdós. El doctor Márquez se mostraba optimista y animaba al paciente y a la familia. Pero al hacer la incisión encontró el cirujano un globo ocular, un cristalino y una catarata demasiado grandes. No había modo de extirpar la catarata entera, lo que le desesperó. ¡Cuánto tuvo que sufrir el paciente esperanzado! Esa operación era entonces dolorosísima. Hizo lo que pudo el especialista que, según todas las noticias, estaba inconsolable. La familia y el enfermo debían estarlo más. El resultado, pues, no fue bueno, pero no se pierde la esperanza. El recién operado tranquilizará a Teo indicándole que le aseguraban que «muy pronto veré mosquitos en el horizonte» (Smith, pág. 768). En los meses siguientes, don Benito irá recuperándose. A veces parecía optimista, pero pero las más se desesperaba. No era buen enfermo, y se negaba a dejar de fumar. Tardó en recuperarse. Y le quedaba nueva prueba el próximo año, 1912, para quitar la catarata del ojo derecho.
Fue un proceso dramático que podría haber acabado con alguien con menos fortaleza espiritual que Galdós. Seguirá sosteniéndose como hombre y como escritor. Sin duda, recordaría ahora a su personaje Pablo Penáguilas que, más afortunado que él —y mucho más joven—, encontró la mano mágica de aquel Teodoro Golfín inventado. Y recordará al desventurado Rafael del Águila, a quien no llevó al suicidio la ceguera física, sino la realidad que no quería conocer. Bien que se resignó el conde de Albrit, y vivió feliz con su nieta. Sonreiría Galdós con pena.
Yolanda Arencibia Santana
Galdós. Una biografía
Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843 - Madrid, 1920) sigue siendo en gran medida un escritor mal conocido, cuyo genio, a los cien años de su muerte, no termina de ser apreciado a la altura que merece. «Galdós. Una biografía» consigue reconstruir de forma magistral la extensa andadura literaria del autor canario, al tiempo que lo sitúa en su complejo contexto histórico, político y social. El Galdós republicano, regeneracionista y feminista adelantado, despreciado por los reaccionarios pero aclamado por innumerables lectores ya en su tiempo, a la par que como ejemplo destacado de una España de estirpe cervantina, liberal y de espíritu progresista.
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