Galicia ... Las virtudes de las hierbas de San Juan son muchas. Con las olorosas particularmente y flores y ramos de nogal («nogueira»), «herba de Nosa Señora» (matricaria), roble («carballos), castaño, saúco y romero se hacen manojos que se dejan macerar en agua al sereno de la noche: al día siguiente todos se lavan con esta agua. La tarde de la víspera los mozos y mozas cogen flores de cardo silvestre. Después de esto queman las estrías y ponen una flor en un papel con un nombre. Las chicas naturalmente colocan tantos papeles y flores como pretendientes posibles tienen y los hombres tantos como mujeres por las que pudieran sentir cierta inclinación. El cardo que la mañana de San Juan parece haber florecido más indica el nombre de la persona cuyo amor es más seguro. Práctica semejante existe en Extremadura. Allí las mozas cortan al anochecer del día de San Juan tantos cardos en capullo cuantos pretendientes tienen. Después queman los tallos y cada capullo lo atan.
Una vez atado lo colocan debajo de la cama y el que a la mañana siguiente ha florecido indica cuál ha de ser el marido futuro. Para esto, como es natural, hay que nombrar a cada uno de los capullos con el nombre de uno de los pretendientes. En unos lados los capullos se atan con cintas de distintos colores. En Mérida con alpaca, en Valverde y Benquerencia con lana, en Montehermoso con las ligas de la muchacha y en Galisteo con los ataderos del moño. Las que no tienen pretendientes hacen un ramito de nueve flores diferentes, entre ellas el «corazoncillo», lo meten bajo la almohada y ven la que florece y de ahí sacan sus augurios. Vale la pena de hacer unas indicaciones sobre el cardo, así como se han hecho sobre otras plantas. El cardo silvestre en flor es, o ha sido entre los vascos, como entre otros muchos pueblos europeos, el símbolo del sol. De aquí que se coloque en las puertas el día de San Juan y que se tenga la flor todo el año en ellas.
Julio Caro Baroja
La estación del amor. Fiestas populares de mayo a san Juan.
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