1 de junio. - Echamos el ancla en la hermosa bahía donde se halla el Puerto Desolación. Comienza el invierno y nunca he visto paisaje más triste y sombrío. El follaje del bosque es tan oscuro, que parece negro, y lo que no está negro blanquea por la nieve que lo cubre, distinguiéndose sólo confusamente a través de una atmósfera brumosa y fría. Por fortuna nuestra hace un tiempo magnífico dos días seguidos. En uno de éstos presenta un soberbio espectáculo el monte Sarmiento, montaña bastante distante y que se eleva a 6.800 pies. Una de las cosas que más me sorprendió en la Tierra del Fuego es la escasa elevación aparente de las montañas realmente muy altas. Creo que esta ilusión proviene de una causa que a primera vista no se sospecha, y es, que toda la masa, desde la orilla del mar hasta el vértice, se presenta a la vista. Recuerdo haber visto una montaña desde las orillas del canal del Beagle: y en aquel punto abarcaba la vista de un solo golpe toda la montaña desde la base al vértice; he vuelto a verla después, pero desde el estrecho de Ponsonby, y entonces dominando otras cadenas; pues bien, me pareció infinitamente más alta, porque las cadenas intermedias me permitían mejor apreciar su elevación.
Antes de llegar a Puerto-Desolación vimos a dos hombres que corrían a lo largo de la costa anhelando alcanzar nuestro barco. Se envía una canoa para recogerlos, y resultan ser dos marineros que han desembarcado de un ballenero y han estado viviendo con los patagones. Los han tratado estos indios con su acostumbrada benevolencia, y separados de ellos accidentalmente se dirigían a Puerto-Desolación, con la esperanza de encontrar allí un barco cualquiera. Es indudable que se trataba de abominables vagabundos, pero no he visto nunca hombres de aspecto más miserable. Desde hacía algunos días no habían tenido otro alimento que algunos moluscos y bayas silvestres; sus vestidos, verdaderos andrajos, estaban, además, quemados por varios sitios, por haberse acostado demasiado cerca del fuego. Llevaban algunos días de hallarse expuesto a la lluvia, al granizo y la nieve, y, sin embargo, disfrutaban de buena salud.
Durante nuestra estancia en Puerto-Desolación vinieron los fueguenses a molestarnos por dos veces. Habíamos desembarcado gran cantidad de herramientas y ropas, y teníamos algunos hombres en tierra; por lo cual creyó el capitán que convenía mantener a los salvajes a distancia. La primera vez se dispararon algunos tiros al aire, cuando estaban bastante lejos y de modo que no se les alcanzase. Era muy curioso observar con los anteojos la conducta de los indios en tales momentos. A cada bala que caía al suelo recogían piedras para tirarlas contra el barco, que estaría a milla y media de distancia. Mandóse luego una chalupa con orden de aproximarse y hacer algunas descargas de mosquetería cerca de ellos. Se ocultaron entonces detrás de los árboles, y tras de cada descarga disparaban ellos sus flechas, que no podían llegar hasta la chalupa, como por señas, y riéndose, lo hacía observar el oficial que la mandaba Se encolerizaron tanto entonces, que sacudían con rabia los abrigos; pero no tardaron en comprender que las balas alcanzaban a los árboles por encima de sus cabezas y escaparon. Desde ese día nos dejaron en paz y no trataron de aproximarse a nosotros. En este mismo punto, y durante un viaje anterior del Beagle, habían molestado mucho los salvajes; para asustarlos se lanzó un cohete sobre sus chozas, y el éxito fue completo; uno de los oficiales me contó el extraño contraste que se produjo entre el clamoreo inmenso mezclado con los ladridos de los perros, mientras el cohete brillaba por el aire, y el profundo silencio que siguió uno o dos minutos después. A la mañana siguiente no había un solo fueguense por aquellos alrededores.
Charles Darwin
Viaje de un naturalista alrededor del mundo
Darwin tenía veintidós años cuando se embarcó como naturalista en el Beagle para realizar un viaje de exploración alrededor del mundo que duró cinco años. Además de una aventura extraordinaria, el largo periplo fue para Darwin el campo de pruebas que le permitió elaborar una concepción nueva sobre el origen y la evolución de las distintas formas de vida de la Tierra.
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