El 13 de junio de 1901, a las siete de la mañana, murió Leopoldo Alas, a la edad de cuarenta y nueve años. El féretro fue velado en el claustro de la Universidad donde acudieron profesores, amigos y familiares del escritor. Al día siguiente fue enterrado en el cementerio de El Salvador.
En Madrid, el escritor Bonafoux (mediocre escritor según Clarín y otros colegas de la época), fiel enemigo hasta la muerte, preparó el artículo necrológico en que añadió estas palabras: «Yo he sido el primero en alegrarme de la muerte de Clarín. […] En su entierro se escuchó el silencio que se escucha en los entierros de los tiranos».
Su obra cumbre: La Regenta (1884-1885).
Obra de gran extensión, ostenta cierta declarada semejanza con Madame Bovary, de Flaubert, y Ana Karenina, de Tolstoi, influencia a la que habría que añadir la del naturalismo y la del krausismo (corriente filosófica que pretendía la regeneración cultural y moral de España).
La Regenta se destaca por su gran riqueza de personajes y planos secundarios, así como el uso de la técnica del fluir de los recuerdos, mientras que el retrato de la protagonista queda delicadamente desenfocado y vago. Por otra parte, aquí la caída de la señora provinciana tiene lugar entre dos cortejadores muy diversos: el más seductor galán de la ciudad, que acaba triunfando, y un canónigo de la catedral. El retrato de este canónigo es pieza clave del libro.
Para la descripción del ambiente provinciano y del entramado de la vida colectiva —lo más naturalista de la novela— Clarín utiliza técnicas como el monólogo interiorizado (el monólogo interior nace más tarde, con Joyce y Dostoyevski) y el estilo indirecto libre, que hacen que la historia sea narrada por los personajes a través de sus pensamientos y que permiten penetrar en sus interioridades. Gracias a estas técnicas y un minucioso estudio del personaje en el medio (es decir la sociedad en la que vive) los personajes adquieren una cierta profundidad psicológica.
Anécdotas
Parece ser que la pesadilla de todos los amigos y conocidos de Clarín era su letra ininteligible. Por ello recibía bastante a menudo críticas constructivas, alguna mofa o alguna queja:
* Pérez Galdós: En una carta dirigida a Clarín le dice, «¡Cuán más hermoso recibir un papel lleno de garabatos y prepararse a los goces puros de la adivinación! Ir conquistando sílaba a sílaba el reino misterioso de su escritura caldea».
* Emilia Pardo Bazán: «Ya tenía ganas de ver sus deliciosos garabatitos».
Clarín recibía continuamente cartas tanto para elogiarle, para insultarle o para pedir consejo y beneplácito sobre otras novelas. En una ocasión Clarín había escrito en sus «Paliques» que en España en aquellos años no había más que dos poetas y medio: Campoamor, Núñez de Arce y Manuel del Palacio (que se suponía era el «medio»). Este último, sintiéndose ofendido y humillado, envió a la finca de Guimerán donde se encontraba Clarín de vacaciones una larga epístola escrita en tercetos y llena de insultos. La respuesta fue dura y arrolladora. Compuso otra epístola con un número de versos aproximado a los de Palacio que tituló «A 0,50 poeta (epístola en versos con notas en prosa clara)». Toda España la leyó y toda España habló de Manuel del Palacio como el «medio poeta». Fue el regocijo de las tertulias madrileñas. El aludido no replicó y ahí terminó el asunto.
En 1891, Clarín fue elegido para concejal republicano del Ayuntamiento de Oviedo en sufragio universal. Durante la reunión del acto de nombramiento, Clarín permaneció callado, pero sus nervios se dispararon al escuchar de boca de otro concejal que leía el acta, un «haiga». El profesor se echó sobre él con tanta furia dialéctica que el concejal, avergonzado por las risas de sus compañeros y del público asistente, presentó inmediatamente su dimisión. Clarín intervino de nuevo y consiguió que retirase la renuncia.
Clarín fue padre de Leopoldo García Alas Argüelles y es el bisabuelo del jurista Leopoldo Tolivar Alas. Este último y su hermana, Ana Cristina, cedieron en depósito, gratuitamente, al Principado de Asturias, en marzo de 2010, la biblioteca familiar y archivo que conservaban, entre cuyos documentos figura el manuscrito de La Regenta.
Clarín es tío bisabuelo del también escritor Leopoldo Alas Mínguez, fallecido el 1 de agosto de 2008.
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