AUTOBIOGRAFÍA
Miro el río y hacerlo me consuela
porque en sus aguas calmas rememoro
la vida que he pasado contemplándolo.
Aunque con su corriente se marcharan,
para nunca volver, penas y gozos,
el engaño del tiempo hace posible
que no parezcan duras esas pérdidas.
Están en mi mirada las mañanas
tranquilas de domingo, pero también,
proyectadas sin luz en su reflejo,
las sombras acechantes de la noche.
Y están en las orillas los recuerdos
de las tardes de amor y están las voces
de los niños que juegan y se bañan.
Mi vida es este río que me lleva,
esta apacible huida hacia la muerte.
Mis ojos, al mirar, sin edad sueñan.
Y me siento feliz por cuanto intuyo
debajo de sus aguas incesantes.
Miro el río y hacerlo me consuela
porque en sus aguas calmas rememoro
la vida que he pasado contemplándolo.
Aunque con su corriente se marcharan,
para nunca volver, penas y gozos,
el engaño del tiempo hace posible
que no parezcan duras esas pérdidas.
Están en mi mirada las mañanas
tranquilas de domingo, pero también,
proyectadas sin luz en su reflejo,
las sombras acechantes de la noche.
Y están en las orillas los recuerdos
de las tardes de amor y están las voces
de los niños que juegan y se bañan.
Mi vida es este río que me lleva,
esta apacible huida hacia la muerte.
Mis ojos, al mirar, sin edad sueñan.
Y me siento feliz por cuanto intuyo
debajo de sus aguas incesantes.
Álvaro Valverde en la Fundación March
Poeta y articulista español (Cáceres, 1959). Destaca su dedicación a la poesía, con títulos como Las aguas detenidas, Una oculta razón (Premio Fundación Loewe en 1991), A debida distancia, Ensayando círculos, Mecánica terrestre o Desde fuera. Sus poemas están incluidos en numerosas antologías y han sido traducidos a varios idiomas. También es autor de dos novelas, Las murallas del mundo y Alguien que no existe; así como de un libro de artículos, El lector invisible, y otro de viajes, Lejos de aquí.
Desde 2005 tiene un blog literario: mayora.blogspot.com.es/
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