14 noviembre 2022

Adiós ríos, adiós fontes

 Adiós ríos, adiós fontes,
adiós regatos pequeños,
adiós vista dos meus ollos,
non sei cándo nos veremos.
Miña térra, miña térra,
térra donde me en criei,
hortiña que quero tanto
figueiriñas que prantei,
prados, ríos, arboredas,
pinares que move o vento,
paxariños piadores,
casiña do meu contento,
muíño dos castañares,
noites craras de luar,
campaniñas trimbadoras
da igrexiña do lugar,
amoriñas das silveiras
que eu lle daba ó meu amor,
camiñinos antre o millo,
¡adiós para sempre adiós!
¡Adiós groria! ¡Adiós contento!
¡Deixo a casa onde nacín,
deixo a aldea que conoso
por un mundo que non vin!
Deixo amigos por estraños,
deixo a veiga polo mar,
deixo, en fin, canto ben quero.
¡Quén pudera nond deixar!
……………………
Mais son probe e, mal pecado,
a miña térra n’é miña,
que hastra lle dan de prestado
a beira por que camiña
ó que naceu desdichado.
Teñovos, pois, que deixar,
hortiña que tanto amei,
fogueiriña do meu lar,
arboriños que prantei,
fontiña do cabañar.
Adiós, adiós, que me vou,
herbiñas do camposanto
donde meu pai se enterrou,
herbiñas que biquei tanto,
terriña que os criou.
Adiós Virxe da Asunción,
branca como un serafín:
lévovos no corasón;
pedídelle a Dios por min,
miña Virxe da Asunción.
Xa se oien lonxe, moi lonxe,
as campanas do Pomar;
para min, ¡ai!, coitadiño,
nunca máis han de tocar.
Xa se oien lonxe, máis lonxe…
Cada balada é un dolor;
voume soio, sin arrimo…
Miña térra, ¡adiós!, ¡adiós!
¡Adiós tamén, queridiña…!
¡Adiós por sempre quizáis…!
Digoche este adiós chorando
desde a beiriña do mar:
Non me olvides, queridiña,
si morro de soidás…
Tantas légoas mar adentro…
¡Miña casiña!, ¡meu lar!

Rosalía de Castro
María Rosalía Rita de Castro (Santiago de Compostela23 de febrero de 1837-Padrón15 de julio de 1885) fue una poetisa y novelista española que escribió tanto en gallego como en castellano. Considerada entre los grandes poetas de la literatura española del siglo xix,​ representa junto con Eduardo Pondal y Curros Enríquez una de las figuras emblemáticas del Rexurdimento gallego,​ no solo por su aportación literaria en general y por el hecho de que sus Cantares gallegos​ sean entendidos como la primera gran obra de la literatura gallega contemporánea, sino por el proceso de sacralización al que fue sometida y que acabó por convertirla en encarnación y símbolo del pueblo gallego.​ Además, es considerada junto con Gustavo Adolfo Bécquer, la precursora de la poesía española moderna.

Adiós ríos, adiós fuentes,

adiós regatos pequeños,

adiós vista de mis ojos,

no sé cuándo nos veremos.

Tierra mía, tierra mía,

tierra donde me crié,

huertecita que amo tanto,

higueritas que planté,

prados, ríos, arboledas,

pinares que mueve el viento,

pajarillos piadores,

casita de mi contento,

noches con claro de luna,

molino del castañar,

campanitas timbradoras

de la iglesia del lugar,

moritas de los zarzales

que yo le daba a mi amor,

caminos entre maizales,

¡adiós, para siempre, adiós!

¡Adiós gloria! ¡Adiós contento!

¡Dejo casa en que nací

y la aldea que conozco

por un mundo que no vi!

Dejo amigos por extraños,

y la vega por el mar,

dejo, en fin, cuanto bien quiero…

¡Quién pudiera no dejar!…

……………………

Mas soy pobre y, ¡mal pecado

mi tierra mía no es,

que hasta le dan de prestado

la vera por que camina

al que nació desdichado.

Os tengo, pues, que dejar,

huerta que yo tanto amé,

lumbre que arde en mi lar

arbolillos que planté,

fontana del cabañar

Adiós, adiós, que me voy,

yerbitas del camposanto

do mi padre se enterró,

yerbitas que besé tanto,

tierrecita que os crió.

Adiós Virgen de Asunción,

blanca como un serafín:

os llevo en el corazón;

a Dios pedidle por mí,

mi Virgen de la Asunción.

Ya se oyen lejos, muy lejos,

las campanas del Pomar;

para mí, ¡ay!, desdichado,

nunca más han de tocar.

Ya se oyen lejos, más lejos…

cada toque es un dolor;

me voy solo, sin arrimo…

Tierra mía, ¡adiós, adiós!

¡Adiós también, queridiña!…

Adiós por siempre quizá…

Dígote este adiós llorando

desde la orilla del mar:

No me olvides, queridiña

si muero de soledad…

Tantas leguas mar adentro…

¡Casita mía!, ¡mi hogar!

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