EL PASTOR
Sentado, con mi cayado blanco entre las manos, miro los valles y el mar, y cuido de mis corderos, que se esparcen por los prados, mientras el cuco canta como si jugara al escondite a lo lejos. A veces toco en el caramillo canciones sencillas y me parece que los mismos montes bailan al son de mis tocatas. No conozco nada de cuanto ocurre alrededor de mí; no sé cómo se vive, ni siquiera en los pueblos que tengo frente a mi vista. Así, que cuando veo a las grullas, que en otoño marchan a la retaguardia de la emigración de las aves, tan altas Como las mismas nubes, formando un triángulo y lanzando gritos penetrantes, me pregunto: «¿De dónde vendrán? ¿Adónde irán?» Y sin saber si son buenos o malos los países de donde vienen y adonde van, miro a esos pájaros con envidia.
Pío Baroja
La leyenda de Jaun de Alzate
Tierra vasca - 4
No hay comentarios:
Publicar un comentario