23 abril 2021

23 de abril

Hay muy pocas tumbas interesantes en el moderno Madrid, ya que las mejores, en San Gerónimo y San Martín, fueron destruidas por los invasores. Herrera, el arquitecto, fue enterrado en San Nicolás; Lope de Vega en San Sebastián: murió el 27 de agosto de 1637, en el número 11 de la calle de Francos. Velázquez, que murió el 7 de agosto de 1660, fue enterrado en San Juan. Este edificio fue demolido en 1811, en tiempo de los franceses, y las cenizas de Velázquez fueron esparcidas a los cuatro vientos, lo mismo que había ocurrido con las de Murillo. También fueron esparcidas de esta manera las de Cervantes: murió el 23 de abril de 1616, en la calle de León, número 20, Manzana 228, y fue enterrado en las Trinitarias Descalzas, calle del Humilladero, y cuando las monjas se trasladaron a la calle de Cantarranas, el solar fue olvidado, y sus restos están ahora abandonados, sin honores. En este convento profesaron las hijas de Cervantes y Lope de Vega.

España, después de haber negado el pan a Cervantes cuando vivía, le ha dado recientemente una piedra; se le ha levantado un monumento en la Plaza de Santa Catalina, con una estatua modelada por Antonio Sola, de Barcelona, y vaciada en bronce por un prusiano llamado Hofgarten. Está vestido a la antigua usanza española, y esconde bajo su capa el brazo mutilado en Lepanto, cosa que nunca hizo en vida, ya que constituía el gran honor de su existencia. Los relieves del pedestal muestran las aventuras de Don Quijote y fueron diseñados por un cierto Piguer; el costo fue sufragado con la recaudación de la Bula de Cruzada, y, de esta manera, Cervantes, que cuando vivía fue rescatado de Argel por los monjes de la Merced, debe ahora a un fondo religioso este tardío monumento. La calle en que vivía tiene ahora el nombre de calle de Cervantes.

Los huesos de Calderón de la Barca fueron trasladados el 19 de abril de 1841 del convento de La Calatrava y enterrados en el Campo Santo de San Andrés.

Richard Ford
Manual para viajeros por Castilla y lectores en casa. Madrid
Manual para viajeros por España y lectores en casa - 3

Existe una abundante bibliografía de libros de viajes por España. Pero ninguno ha alcanzado el prestigio y la justa fama que con los años ha ido ganando el que ofrecemos ahora, por primera vez en castellano, al público español. El «Manual para viajeros por Castilla y lectores en casa» constituye la segunda entrega de lo que será la edición completa del famoso manual de Ford («Manual para viajeros por España y lectores en casa»), publicado por primera vez en Londres en 1845.

Bajo el discreto título de «Manual» se esconde el más completo, más original, más profundo y mejor escrito entre los numerosos libros producidos por los viajeros románticos.

Richard Ford, hombre de cultura extraordinaria y estupendo escritor, además de dibujante, vino a vivir a Sevilla en 1831 para cuidar la salud de su mujer. Instalado en Sevilla y en la Alhambra, recorrió a caballo miles de kilómetros por zonas de España completamente apartadas de las rutas habituales de los viajeros románticos. Su presente obra es más que un libro de viajes y más que un fresco impresionante y vivísimo de la España romántica: por sus extraordinarias dotes de escritor ha pasado a ocupar un sitio en la historia de la literatura inglesa.

La presente edición se acompaña de numerosas reproducciones de dibujos del propio Richard Ford y de grabados de David Roberts.


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