25 septiembre 2021

25 de septiembre

En la parada de la Lothringer Strasse acaban de subir cuatro personas en el 4: dos mujeres de edad, un hombre modesto de aspecto preocupado y un muchacho con gorra de orejeras. Las dos señoras van juntas, son la señora Plück y la señora Hoppe. Quieren comprar una faja para la señora Hoppe, la de más edad, que tiene cierta propensión a la hernia umbilical. Han estado en el ortopédico de la Brunnenstrasse y quieren recoger luego a sus maridos para comer. El hombre es el cochero Hasebrudc, que anda de cabeza por una plancha eléctrica que compró para su jefe, barata y de segunda mano. Le dieron una en mal estado, su jefe la probó unos días, luego dejó de funcionar, ahora tiene que cambiarla, los otros no quieren, es la tercera vez que va, hoy tendrá que poner algo de su bolsillo. El muchacho, Max Rüst, será más adelante fontanero, padre de otros siete Rüst, trabajará con la empresa Hallis y Cía., instalaciones y cubiertas, de Grünau, a los 52 años le tocará la cuarta parte del gordo en la lotería de Prusia y se retirara, y morirá a los 55 años durante su juicio de transacción con la empresa Hallis y Cía. Su esquela dirá así: El 25 de septiembre falleció repentinamente, de un ataque al corazón, nuestro queridísimo marido y querido padre, hijo, hermano, cuñado y tío Max Rüst, sin haber cumplido aún los 56 años. Lo que participa profundamente afligida y en nombre de sus allegados Marie Rüst. La nota de agradecimiento, después del entierro, estará redactada en estos términos: ¡Gracias! Dado que no nos es posible expresar a cada uno nuestro sincero agradecimiento por las manifestaciones de simpatía, etc., lo hacemos por la presente a todos nuestros parientes y amigos, así como a los vecinos de la casa de las Kleiststrasse 4 y a todos nuestros conocidos. Agradecemos en especial al señor Deinen sus sentidas palabras de consuelo… Ese Max Rüst tiene ahora 14 años, acaba de salir de la escuela comunal, en su camino tiene que pasar por el centro de orientación para personas con dificultades de elocución, duras de oído, miopes, débiles mentales o incorregibles, donde ha estado a menudo porque tartamudea, aunque ha mejorado.

Alfred Döblin
Berlín Alexanderplatz
La historia de Franz Biberkopf

Berlín Alexanderplatz aparece en 1929. Su éxito es extraordinario y, en pocos años, alcanza cuarenta y cinco ediciones y se traduce a varios idiomas. La novela se consideró una exaltación de Berlín, ciudad que el autor, por su profesión de médico, conocía muy bien. Los ojos de Döblin (y sus cuadernos) registran todos los detalles de la geografía berlinesa, pero como narrador omnisciente, Döblin interviene en la acción y comenta lo que ocurre. Fondo y forma se funde en un libro desconcertante y abierto a la interpretación.

Berlín Alexanderplatz se considera una «novela moderna» por muchos aspectos: no solamente por la ruptura con el carácter tradicional de héroe y con la estructura cronológica de relato, sino también por el uso de nuevas maneras de narrar (monólogos interiores, combinación de distintos niveles de lenguaje y puntos de vista…) y por el constante uso del collage intertextual (mezclando textos de canciones, titulares de los periódicos, transcripciones de sonidos, etc.).

La historia se sitúa en el barrio de clase obrera, Alexanderplatz, en el Berlín de los años 20, y empieza con la salida de la cárcel de Franz Biberkopf. Döblin describe su lucha y su desdicha al intentar buscar por los submundos de Berlín un futuro y su intención de convertirse en «un hombre nuevo».

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