EN LA MUERTE DE OTO.

EN LA MUERTE DE OTO.  Arrastró su vejez el pobre Oto, casi ciego y paralítico, y no aullaba. Más si le atendías con tu mirada, movía la cola como cuando era joven, y te daba su alegría entera Todavía la guardas en su ausencia. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 213. José Jiménez Lozano. 2008)

EL VIEJO BUEY DE LABOR.

EL VIEJO BUEY DE LABOR.  Gastado por el trabajo, por la edad fatigado, tú, buey viejo, no vas a ir al matadero; yo te aseguraré hasta la última tarde tu bien ganado reposo, en un buen pasto. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 212. Addéo de Macedonia. Siglos III-II A.E. José Jiménez Lozano. 2008.) Andando los siglos, nadie nos asegura tanto a los humanos se llama “piedad” el matadero.

PENSAMIENTOS.

PENSAMIENTOS.  Aunque estén ya disecados, secos, buscas deprisa nomeolvides, siemprevivas, pensamientos, último día del año, para guardar el tiempo. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 203. José Jiménez Lozano. 2007)

OTOÑO TARDÍO.

OTOÑO TARDÍO. Dorado fue noviembre, ahora cobrizo, pasaron ya las grullas; en los surcos ya hay huellas de los borceguíes del hielo, y el mortecino sol lame sus cristales. En harapos, vencido, otoño se dirige ya a la noche. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 200. José Jiménez Lozano. 2007)

FIN DE AÑO.

FIN DE AÑO.  Lento e incierto amanecer de invierno para el último día del año; pero el último día de la historia ocurrirá lo mismo. Se estará esperando el autobús, el desayuno, incluso siglos después de estar cerrado todo, y de que no amanezca claramente. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 145. José Jiménez Lozano. 2006)

GRULLAS VIAJERAS.

GRULLAS VIAJERAS.  Iban gritando las grullas en la noche, cuando ascendía la luna, lámpara y espejo; mas no los necesitan para el viaje, y, además, van de incógnito. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 131. José Jiménez Lozano. 2006)

ANOCHECER DE JUNIO

ANOCHECER DE JUNIO.  Hoy, al ponerse, incendió el sol la corteza de los pinos de un rojo cobrizo; pero enseguida impuso la noche su orden, cubrió de ceniza aquellos resplandores, y encendió sus candiles. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 84. José Jiménez Lozano. 2006)

DESDE QUE VIO UNA GARZA.

DESDE QUE VIO UNA GARZA.  Tranquila y blanca, mañanera, iba la garza, entre el cristal del agua y el del cielo, dominando el mundo. Claudio emperador quedó maravillado, comenzó a tartamudear más desde entonces. (Los cuadernos de Rembrandt. Págs. 114-115. José Jiménez Lozano. 2006)

UTRECHT.

UTRECHT.  Cuando yo llegué a Utrecht, ya no estaban ni Spinoza, ni Erasmo, ni Rembrandt, ni él papa Adriano VI; pero mis señores jansenistas del exilio, preguntando por las casas y el mercado, -incluso osaron en los talleres de pintura- dieron con sus pasos, y me alegró verlos, naturalmente, a respetuosa distancia. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 77. José Jiménez Lozano. 2006)

SAINT-ETIÉNNE DU MONT.

SAINT-ETIÉNNE DU MONT.  San Esteban del Monte. Pascal y Jean Racine están en sus capillas, porque tiene su santidad la inteligencia. Sus huesos ya son polvo, ceniza y cañas secas. Mas, a cada cual lo suyo: geometría y fineza permanecen. (Los cuadernos de Rembrandt. Págs. 73-74. José Jiménez Lozano. 2006)

CAJITA DE CORNELL.

CAJITA DE CORNELL. En un campo de lirios, monasterio de pájaros, riendo Sören Kierkegaard, con pantalón cortilargo, la cara enharinada, vestido de payaso. La ciudad arde al fondo, un soberbio espectáculo. La cajita de Cornell se llama “Avisando” (Los cuadernos de Rembrandt. Págs.. 57-58. José Jiménez Lozano. 2006)

PAISAJE INVERNAL.

PAISAJE INVERNAL.  Desnudos árboles de invierno, solitario estornino pensativo. ¿Blanco ya el mundo? ¿O embozado en blancura solamente? (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 53. José Jiménez Lozano. 2006)

CLÁSICOS.

CLÁSICOS.  Ves la luna de invierno que asciende lentamente en el atardecer, y oyes el ladrido de los perros, como Ovidio. Luego el Ángelus, y luego algunas noches había comedias y veías también a un Príncipe, con una calavera en la mano, a la que hablaba: “¡Ah, Yorick! ¡Pobre Yorick!”, decía. Fueron tus clásicos. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 38. José Jiménez Lozano. 2005)

ADVIENTO

ADVIENTO.  En Adviento, huellas en la nieve de alguien, que no encontró albergue, y pasó de largo. Quizás murió ya fuera de la aldea, mas no se supo, con el deshielo luego. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 37. José Jiménez Lozano. 2005)

FINA LLUVIA

FINA LLUVIA Entre la neblina de la fina lluvia, sol tornasolado que ilumina el oro mate de los árboles ya heridos por el cuchillo del otoño. Todavía un último verdor exasperado, como siempre lo es la última esperanza. (Los cuadernos de Rembrandt. Pg. 21. José Jiménez Lozano. 2005)