28 marzo 2021

28 de marzo

Madrid, 28 de marzo de 1939

Con la alegría de la luz del día, muchos de los que se habían refugiado durante años en la embajada salían, por fin, libres. Las tropas de Franco estaban tomando la ciudad. Allí se habían escondido Rafael Sánchez Mazas, Víctor de la Serna, Jose María Alfaro o hasta José Calvo Sotelo.

Cae el sol en el horizonte.

Al abrigo de la noche son otros los que entran ahora en la embajada del número 26 del paseo del Prado arropados por las sombras de la clandestinidad recién renacida. Antonio y Santiago estaban en el grupo de diecisiete republicanos perseguidos por el nuevo régimen. Escritores, artistas, abogados, médicos.

Pasan los meses.

Marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre…

Un cometa resplandeciente cruzó el cielo madrileño. Lo vieron desde las ventanas de la embajada.

Octubre.

—¿Recuerdas el aerolito que vimos? —pregunta Santiago.

—Sí —responde Antonio.

Hablan con frases cortas, con monosílabos. Viven en silencios largos, polisílabos. La derrota los engulle por dentro. La angustia los hunde desde fuera.

—Estas paredes nos asfixian —continuó Santiago—. Aquel aerolito que vimos hace unas noches era libre. Nosotros no.

—No —certificó Antonio.

—Tenemos que hacer algo para no embrutecernos —insistió Santiago. Él era artista y su interlocutor, escritor, pero Antonio ya no hablaba sino en versos que escribía recordando la eterna derrota, la sangre vertida, el sufrimiento de todos.

—¿Y si hiciéramos un periódico? —preguntó Santiago y, ante la mirada confusa de su amigo, añadió una explicación—: Para no embrutecernos, como te decía, para no volvernos locos.

Antonio asintió.

Lo llamaron El cometa en recuerdo a aquel aerolito libre que vieron surcando el cielo del Madrid de 1939.

Pero aquello no fue bastante.

Santiago Posteguillo
El séptimo círculo del infierno
Escritores malditos, escritoras olvidadas

El KGB, el régimen nazi, la Inquisición, las guerras, el FBI, el gobierno chino, el hambre, la pérdida de un ser querido, la enfermedad, el exilio, la censura… Muchos son, en efecto, los infiernos de la literatura a los que se han tenido que enfrentar escritores y escritoras de todos los tiempos.

¿Cuál es el séptimo círculo de este universo infernal? Para Kipling su infierno fue la muerte de su hija Josephine, y de ese infierno surgió una obra tan vital y esperanzadora como El libro de la selva. Para Imre Kertész su infierno fue ser víctima del holocausto, pero también del desprecio por parte de los suyos. Y de ahí salió Sin destino. Carson McCullers, la gran olvidada, la mejor autora estadounidense del siglo XX, menospreciada por ser mujer.

Con la elegancia y el tino literario de las obras que homenajea, de los autores y autoras que reivindica, navegando entre viajes, anécdotas, episodios y experiencias propias, Santiago Posteguillo consigue contagiarnos su amor por los libros y en especial por los autores cuyo genio y talento hizo que del infierno salieran con obras que aún hoy nos elevan a los altares.

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