05 febrero 2021

5 de febrero

 Una mirada de despedida a los actores de esta historia que no han sucumbido con el curso de los acontecimientos y habremos terminado.

El señor Haredale huyó aquella misma noche. Antes de que pudieran comenzar las pesquisas, y hasta antes de que se advirtiese la desaparición de sir John y corrieran en su busca, ya había salido del reino hacia un establecimiento religioso célebre en Europa por el rigor y la severidad de su disciplina y por la penitencia inflexible que su regla imponía a los que iban a buscar en él un refugio contra el mundo. Allí hizo votos que lo separaron para siempre de sus parientes y amigos, y después de algunos años de remordimiento fue sepultado en los sombríos claustros del convento.

Transcurrieron dos días antes de que se encontrase el cadáver de sir John. Cuando lo hubieron reconocido y trasladado a su casa, su apreciable ayuda de cámara, fiel a los principios de su amo, desapareció con todo el dinero y los objetos de valor que pudo llevarse consigo, con cuyo auxilio partió a una ciudad distante a darse ínfulas de perfecto caballero. En esta distinguida carrera tuvo un éxito completo, y hasta hubiera acabado por casarse con alguna heredera de no ser por una orden de detención que ocasionó su fin prematuro; murió a causa de una fiebre contagiosa que hacía entonces grandes estragos llamada tifus carcelario.

Lord George Gordon, después de haber estado preso en la Torre de Londres hasta el lunes 5 de febrero del año siguiente, fue juzgado dicho día en Westminster por crimen de alta traición. Después de un sumario formal y detenido fue absuelto de esta acusación por no haberse podido probar que había agitado al pueblo con intenciones malévolas e ilegales. Por otra parte, además, existían aún tantas personas a quienes los desórdenes no habían servido de lección para moderar su falso celo, que se abrió en Escocia una suscripción para pagar los costes del proceso.

Durante los siete años siguientes permaneció en silencio, gracias a la asidua intercesión de sus amigos, pero encontró de vez en cuando ocasiones para desplegar su fanatismo protestante con algunas demostraciones extravagantes que divirtieron mucho a sus amigos, y hasta fue excomulgado por el arzobispo de Canterbury por haberse negado a comparecer como testigo a instancias del tribunal eclesiástico. En el año 1788, impulsado por un nuevo acceso de locura, escribió y publicó un folleto injurioso contra la reina de Francia. Acusado de difamación, después de haber hecho delante del tribunal diferentes declaraciones violentas e insensatas, fue condenado y huyó a Holanda para evitar la pena que se le había impuesto. Pero como a los buenos burgomaestres de Amsterdam no les placía especialmente su compañía, lo enviaron a toda prisa a Inglaterra. Llegó a Harwich en el mes de julio, se trasladó desde allí a Birmingham, y en el mes de agosto hizo profesión pública de la religión judía, y fue considerado judío hasta el momento en que fue preso y conducido a Londres para sufrir su condena. En virtud de la sentencia dictada contra él, fue encerrado en el mes de diciembre en la cárcel de Newgate, donde pasó cinco años y diez meses, obligado a pagar una elevada multa y presentar garantías de su conducta en adelante.

Después de haber dirigido a mediados del verano siguiente una nota de disculpa a la Asamblea Nacional de Francia, que el embajador inglés se negó a entregar, se resignó a sufrir hasta el fin el castigo que le habían impuesto; se dejó crecer la barba hasta la cintura y, adoptando todas las ceremonias de su nueva religión, se dedicó al estudio de la historia y a ratos perdidos al arte de la pintura, para el cual desde su juventud había mostrado buenas condiciones. Abandonado de todos sus antiguos amigos y tratado en la cárcel como el mayor criminal, vivió alegre y resignado hasta el 1 de noviembre de 1793, día en que murió en su calabozo a la edad de cuarenta y tres años.

Charles Dickens
Barnaby Rudge

Barnaby Rudge, calificada habitualmente como una de la dos novelas históricas escritas por Dickens, es sobre todo una novela «dickensiana»: un melodrama tenebrista con crimen y misterio, un relato histórico con personajes cotidianos, los adorables, los pintorescos y los malvados, en situaciones reales, y muchas escenas profundamente conmovedoras. Su calificación de «histórica» se debe a que su acción transcurre sesenta años antes de su publicación (1841), entre 1775 y 1780, fecha de los disturbios de Gordon, que se describen en la obra. La obra refleja dos de los temas preferidos de Dickens: el crimen privado y la violencia pública. La sombra siniestra del asesinato de Reuben Haredale, la oscura trama que liga a los aristócratas Haredale y Chester, eternos enemigos, los romances interrumpidos y no consolidados, el personaje misterioso que acecha la inocente felicidad de la familia de Barnaby, se plantean durante la primera parte de la novela. La segunda parte se inicia con los disturbios de Gordon, revuelta promovida por lord Gordon en contra de los católicos británicos, que en su locura ciega de fanatismo religioso envuelve a la multitud y a los distinto personajes haciendo aparecer los sentimientos más nobles y los más despiadados. Con el fin de los disturbios, todas las tramas confluyen y los misterios son aclarados. Refleja dos de los temas preferidos de Dickens: el crimen privado y la violencia pública. Variedad de ambientes, de personajes, de sentimientos. La oscura trama que liga a los aristócratas Haredale y Chester, eternos enemigos. La inocente felicidad de Barnaby. La sombra siniestra del asesinato de Reuben Hardeale. La caracterización de los personajes.

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