07 mayo 2023
Zumo de manzana
06 mayo 2023
El cuco
El cuco
Este año hemos vuelto
a ver cigüeñas en Galicia, en la hermosa villa de Sarria. Las cigüeñas habían
desaparecido hace muchos años de nuestros valles, del de Verín, de Lemos, del
de Sarria. Confiemos en que la pareja que ha venido a Sarria a hacer su nido,
el próximo año traiga con ella otras parejas más. Y el que ha venido tempranero
es el cuco. Ha ido al monasterio de Poio, sobre la ría de Pontevedra —dicen que
en él está enterrada Santa Trahamunda, una virgen vagabunda que algunos
quisieron titular de patrona de los saudosos, porque
se fue, recordó, tuvo soledades y regresó—, y dando un paseo al dulce sol
ribeirano, escuché al cuco, por vez primera este año. Por el canto, un cuco
adulto, la voz agria, cansado de profetizar. Un cuco que decía como el cómico
malo los versos y el sacristán los latines. Se veía bien que no le emocionaba
la hermosa tarde soleada, llena de camelias, ni le importaba emocionar a nadie.
Era la gran ocasión para un cuco alegre, expectante de la primavera, generoso
en los augurios. Como debió serlo aquel cuco del poema de William Henry Davies,
que se pone a cantar cuando ha cesado de llover y ha aparecido el arco iris. El
poeta habla a las vacas y a las ovejas, a las que dice por qué está tanto
tiempo parado en la hierba que mojó la lluvia. Pues porque «a rainbow and a
cuckoo’s song / may never come together again…», «un arco iris y un cuco
cantando / quizás nunca más juntos los encuentre; nunca los encuentre juntos,
de este lado del sepulcro», «may never come / this side the tomb…».
¿Cómo puede ser que un cuco cante aburrido en el bosque de la primavera? ¿Es que, como aquellos del Dante, es triste en el aire que del sol se alegra? El mundo va a peor cada día, cucos incluidos.
Álvaro Cunqueiro (Mondoñedo, 1911- Vigo, 1981) ejerció en gallego y en castellano el periodismo y las artes literarias en sus más variadas formas y fue, sin duda, uno de los mejores cultivadores del realismo fantástico en España. Se dio a conocer muy pronto como poeta y libros como Mar ao Norde, Poemas do si e non, Cantiga nova que se chama Riveira fluctúan entre el surrealismo y las reminiscencias trovadorescas. Su obra en prosa en muy extensa y en ella destacan títulos como Merlín e familia, Crónicas del Sochantre, Un hombre que se parecía a Orestes (Premio Nadal 1968), Si o vello Sinbad volvese ás illas, Vida y fugas de Fanto Fantini della Gherardesca, Tertulia de boticas prodigiosas y Escuela de curanderos, Fábulas y leyendas de la mar y El pasajero en Galicia, entre otras.
05 mayo 2023
Cantando el cuco
Cantando el cuco
Ya he escuchado,
matinal, la solfa primera del polígamo augur, del cuco que anuncia el alegre
tiempo. Todavía en mi valle natal pasarán algunas semanas antes de que se le
oiga, al contador partidor de los amores, y pueda la niña que anda con un hato
de ovejas pardas en el pastizal dialogar con él aquello de «cuco rei, rabo de
escoba, ¿cantos días faltan para a miña boda?». Y a contar el canto del cuco,
como quien deshoja una margarita que dice la hora en que llega el galán, «se
será por Pascoa ou pola Trindá». Este cuco que escuché ayer mismo en una
arboleda del valle Miñor parecía sorprenderse de sorprender la mañana con su voz.
Al gallego le preocupó lo de si el cuco emigraba, o echaba aquí escondido los
largos inviernos. En un valle cercano al mío —en el Valadouro, que preside A
Frouseira, una cumbre oscura en la que tuvo almenas el mariscal, Pero Pardo,
degollado por la justicia de los Reyes Católicos—, se comprobó que el cuco
hiberna en el país. Habían echado al fuego un cachopo de roble, un toro de un
tronco hueco, y ya prendían en él las alegres llamas —iba a escribir «las
alegres mariposas», que lo son las llamas azules, rojas, doradas—, cuando de su
escondite en el hueco salió el cuco, que fue a posarse en la campana de la
chimenea. Despertando presto, dicen que comentó en voz alta:
—Axiña se foi
este ano o inverno!
¡Que pronto se fue este año el
invierno! Creía el cuco que el fuego era el sol de abril o mayo, y le sabían a
poco las jornadas de sueño en su camarote. Hace algunos años, diez o doce,
preocupó también en ambas riberas de la ría de Vigo el que se oyese al cuco por
las noches, y hubo más de un arúspice y más de una meiga
que anunciaron catástrofes, cometa o monstruo, como aquellos que en vísperas de
que César pasase el Rubicón —léase en la Farsalia—,
vio Arrunx de Luca, en mántico etrusco, nacidos de la propia tierra, sin
necesidad de semilla. Yo le dirigí por entonces dos cartas sobre el asunto a
José María Castroviejo, quien andaba muy inquisidor, preguntando y
preguntándose qué iba a pasar con la nocturnidad canora del cuclillo. Le citaba
al doctor Johnson, quien sostiene que hay animales que sueñan y otros no, y al
cuco podía despertarlo una pesadilla. Frobenius o Blaise Cendrars, que no
recuerdo bien, hablan de un ave africana que sueña que arde la selva, y
aterrada se precipita a las aguas de los grandes ríos, donde muere ahogada. Yo
quise tranquilizar a las gentes, diciéndoles que el cantar por las noches el
cuco quizá fuese por productividad, y que si anunciaba algo todo lo más sería
una epidemia de peladas barberas, cosa que siempre se supo por aves…
Pero el cuco que escuché la pasada
mañana llena de sol, más allá de las camelias en flor del huerto de un pazo hacia los álamos que se cubren de hojillas nuevas,
estaba despreocupado de agüeros, simplemente feliz porque su anuncio de alegre
tiempo era irrefutable.
Álvaro Cunqueiro (Mondoñedo, 1911- Vigo, 1981) ejerció en gallego y en castellano el periodismo y las artes literarias en sus más variadas formas y fue, sin duda, uno de los mejores cultivadores del realismo fantástico en España. Se dio a conocer muy pronto como poeta y libros como Mar ao Norde, Poemas do si e non, Cantiga nova que se chama Riveira fluctúan entre el surrealismo y las reminiscencias trovadorescas. Su obra en prosa en muy extensa y en ella destacan títulos como Merlín e familia, Crónicas del Sochantre, Un hombre que se parecía a Orestes (Premio Nadal 1968), Si o vello Sinbad volvese ás illas, Vida y fugas de Fanto Fantini della Gherardesca, Tertulia de boticas prodigiosas y Escuela de curanderos, Fábulas y leyendas de la mar y El pasajero en Galicia, entre otras.