04 marzo 2022

Sobre el cuco (52) - E Ihsma'él cazó un cuco y le dijo a Is'hac

Y así fue como Ihsma'él iba tomando ojeriza a Is’hac y no quería ya nunca que el niño fuera tras él. Le dejaba encerrado en una cuadra con los cabritillos, o salía de la casa a ocultas, sin que el niño le viera, y, entonces, Is’hac quedaba desolado. O si no podía evitar que el niño le acompañara, porque Abram y su madre, Agar, le obligaban a ello, le decía continuamente:
—No sabes nada, chaval. No conoces el mundo.
—Sí sé —decía ya Is'hac.
—¡Tú, qué vas a saber! ¿Oyes el cuco? —preguntaba Ihsma'él.
—Sí.
—¿Lo ves?
—Sí.
—¿Quieres uno?
—Sí.
E Ihsma'él cazó un cuco y le dijo a Is'hac:
—¿A que huele muy bien? ¿A que huele mejor que los perfumes de tu madre? Guárdatelo bien entre la ropa.
E Is’hac lo guardó mucho tiempo en su túnica, hasta que el cuco se escapó, cuando Ihsma'él lo asustó para que volase, e Is’hac volvió a su casa con sus ropas oliendo a cuco. Como a muerto. De manera que Sara lloró mucho ese día, porque el niño olía a cadáver, y volvió a regañar a Ihsma’él y pidió a Abram y a Agar, de nuevo, que corrigieran a Ihsma’él. Y éstos le mostraron unos juncos trenzados con los que le azotarían, si trataba así a Isaacillo.
—Pues que no me busque, ni vaya conmigo. Sólo es un pequeñajo, que no sabe nada de la vida —dijo Ihsma’él.

Sara de Ur
José Jiménez Lozano

Vista de Castro Urdiales

Vista de Castro Urdiales

03 marzo 2022

Sobre el cuco (51) - He leído que el cuco nace con dos ventajas

Un bebé, tras una exhibición llena de furia y de aullidos en la cuna, extiende sus brazos con un pequeño grito, como cuando su carrito pasa bajo unos árboles, para revelar un inmenso asombro y amor por la vida: un Alma. He leído que el cuco nace con dos ventajas sobre otros pájaros: un músculo especial en la espalda para sacarlos de sus nidos y una manera de piar que resulta irresistible a sus padres adoptivos. Este repentino grito de reconocimiento y placer es lo que nos mantiene en marcha desde la cuna hasta la tumba. Volupté! El eterno canto del cuco.

Cyril Connolly
Obra selecta

Vista de Castro Urdiales

Vista de Castro Urdiales

02 marzo 2022

Sobre el cuco (50) - Nos despierta muy temprano el canto del cuco en torno a la casa ora cerca, ora más lejos

 Las mieses son ya amarillas y cabecean al viento cargadas de grano maduro. Nos despierta muy temprano el canto del cuco en torno a la casa ora cerca, ora más lejos, como si le divirtiese gastarnos bromas. Al final, una de las dos se levanta a trompicones de la cama, ebria de sueño, abre la hoja superior de la puerta y da unas palmadas para ahuyentarlo. Al cabo de una hora, la segadora empieza a trabajar en la distancia, por los campos, y el sol asoma su frente dorada por detrás del bosque. Permanezco tendida en la cama observando a Ester mientras amamanto a Helle. Me digo que no tardaremos en separarnos y volver cada una con su marido. También me acuerdo de Ruth, mi amiga de la infancia, y una sensación cálida vaga sin rumbo y se apodera de mí en su camino por nuestro cuarto. A lo mejor debería dejar de darle el pecho, le digo a Ester cuando despierta. A lo mejor, contesta sonriente, no parece que eche en falta nada, pero no estaría de más algo de alimento sólido. Aunque así vas a perder ese busto tan bonito que se te ha puesto.

TRILOGÍA DE COPENHAGUE
Tove Ditlevsen

Puerto de Castro Urdiales

 Puerto de Castro Urdiales

01 marzo 2022

Recetas de familia - Paletilla de cordero lechal al horno (familiar)

 PALETILLA DE CORDEROLa carne bien lavada y con sal se pone en la fuente, se ponen también un par de cebollas partidas y se la echa a todo esto por encima media sartén de aceite muy caliente. A continuación, se mete al horno, que estaba encendido un rato antes. En el almirez se machaca un ajo grande y dos o tres matas de perejil y luego se añade un poco de agua y el triple de vinagre (el almirez quedará por la mitad pasada). Se mira la carne de vez en cuando (10’) y se le echa por encima el aceite que hay en la fuente con una cuchara. Cuando está dorada por arriba se le da la vuelta, y cuando esta nueva parte se empieza a dorar (15’ más o menos), se rocía con 2 ó 3 cucharadas del jugo del almirez, al dar la otra vuelta se hace lo mismo. Cuando el tenedor entra ya fácilmente se mira si está hecho y se ponen las patatas con sal, rociándolas con cucharadas del jugo del almirez y se las (a las patatas) da vueltas de vez en cuando hasta que se doren.

Enriketa ve un fantasma