18. En Leconfield House habían bajado los termostatos hasta 15°, dos grados menos que en otros departamentos del gobierno, con el fin de dar ejemplo. Trabajábamos con abrigos y mitones, y algunas de las chicas más pudientes llevaban los gorros de lana con pompones de sus vacaciones de esquí. Nos entregaron cuadrados de fieltro para colocarlos debajo de los pies contra el frío que subía del suelo. La mejor manera de calentarnos las manos era teclear continuamente. Ahora que los conductores de trenes estaban en huelga de horas extraordinarias para apoyar a los mineros, se calculaba que las centrales eléctricas podrían quedarse sin carbón hacia finales de enero, cuando se agotara el dinero del país. En Uganda, Idi Amin estaba organizando una colecta y ofrecía un camión lleno de verduras a los antiguos y afligidos amos coloniales, siempre que la RAF se molestara en ir a recogerlo.
Me esperaba una carta de Tom en Camden cuando volví de casa de mis padres. Iba a pedir prestado el coche de su padre para llevar a Laura de vuelta a Bristol. No sería fácil. Ella había dicho a la familia que quería llevarse a los niños. Hubo escenas de gritos alrededor del pavo navideño. Pero el hostal sólo aceptaba adultos y Laura, como de costumbre, no estaba en condiciones de cuidar a sus hijos.