Paisaje dulce; está el campo
todo cubierto de niebla;
ya se han ido lentamente
los rebaños a la aldea.
Es un paisaje sin voces,
triste paisaje que sueña,
con sus álamos de humo
y sus brumosas riberas.
Voy por el camino antiguo
lleno de ramaje y yerba,
sin pisadas, con aroma
de cosas vagas y viejas.
Paisaje velado y lánguido
de bruma, nostalgia y pena:
cielo gris, árboles secos,
agua parada, voz muerta.
Sobre los álamos blancos
de la dormida ribera,
una luna rosa y triste
va subiendo entre la niebla.
Arias tristes, ed. Centenario,
«Arias otoñales», IV, p. 66
Juan Ramón Jiménez
Antología general
Selección
Francisco López Estrada
María Teresa López García-Berdoy
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