02 diciembre 2020

2 de diciembre

La noche anterior lo habían llevado al cuartel general. Junto con él fue presentado a la oficina del regimiento un escrito muy confuso del tribunal de la división en el que se indicaba que en este caso no se trataba de insurrección porque el voluntario no quería limpiar retretes, sino de insubordinación, delito que podía perdonarse si se mostraba un comportamiento valiente en el campo de batalla. Por este motivo se devolvía al acusado, voluntario de un año Marek, a su regimiento. La investigación por faltar a la disciplina militar debía aplazarse hasta el final de la guerra o recomenzarse a la próxima transgresión de la que el voluntario de un año Marek se hiciera culpable. 

Pero había otro caso. Al mismo tiempo que el voluntario Marek llevaron al cuartel general al falso jefe de pelotón Teweles, que había aparecido hacía poco en el regimiento procedente del hospital de Agram. Tenía la gran medalla de plata, los distintivos de los voluntarios de un año y tres estrellas. Contaba heroicidades de la sexta compañía de Serbia, de la que al parecer era el único superviviente. En la investigación se comprobó que, en efecto, al principio de la guerra un tal Teweles se había ido con la sexta compañía, pero que no estaba en posesión de los derechos de voluntario de un año. Se pidió un informe a la brigada que tenía el mando de la sexta compañía cuando la huida de Belgrado el 2 de diciembre de 1914 y se comprobó que en la lista de los propuestos y condecorados con la medalla de plata no se encontraba ningún Teweles. Que en la compañía de Belgrado se ascendiera a jefe de pelotón al soldado de infantería Teweles no se pudo comprobar porque toda la sexta compañía junto con sus oficiales se perdió en la iglesia de Sava de Belgrado. En el tribunal de la división, Teweles se defendió afirmando que realmente le habían prometido la gran medalla de plata y que por ello se la había comprado a un bosnio en el hospital. Respecto a los galones de voluntario de un año se los había cosido en estado de embriaguez y por ello seguía llevándolos, porque seguía borracho, ya que su organismo se veía debilitado por la disentería.

Jaroslav Hasek
Las aventuras del valeroso soldado Schwejk



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