13 diciembre 2007

De la Celestina de Fernando de Rojas

Sempronio, no me parece buen consejo quedar yo acompañado y que vaya sola aquélla que busca el remedio de mi mal; mejor será que vayas con ella y la aquejes, pues sabes que de su diligencia pende mi salud, de su tardanza mi pena, de su olvido mi desesperanza. Sabido eres, fiel te siento, por buen criado te tengo. Haz de manera que en sólo verte ella a ti, juzgue la pena, que a mí queda y fuego, que me atormenta. Cuyo ardor me causó no poder mostrarle la tercia parte desta mi secreta enfermedad, según tiene mi lengua y sentido ocupados y consumidos. Tú, como hombre libre de tal pasión, hablarla has a rienda suelta.
SEMPRONIO. Señor, querría ir por cumplir tu mandado; querría quedar por aliviar tu cuidado. Tu temor me aqueja; tu soledad me detiene. Quiero tomar consejo con la obediencia, que es ir y dar priesa a la vieja. ¿Más cómo iré? Que, en viéndote solo, dices desvaríos de hombre sin seso, suspirando, gimiendo, mal trovando, holgando con lo escuro, deseando soledad, buscando nuevos modos de pensativo tormento, donde, si perseveras, o de muerto o loco no podrás escapar, si siempre no te acompaña quien te allegue placeres, diga donaires, tanga canciones alegres, cante romances, cuente historias, pinte motes, finja cuentos, juegue a naipes, arme mates, finalmente que sepa buscar todo género de dulce pasatiempo para no dejar trasponer tu pensamiento en aquellos crueles desvíos que recibiste de aquella señora en el primer trance de tus amores.
CALISTO. ¿Cómo, simple? ¿No sabes que alivia la pena llorar la causa? ¡Cuánto es dulce a los tristes quejar su pasión! ¡Cuánto descanso traen consigo los quebrantados suspiros! ¡Cuánto relievan y disminuyen los lagrimosos gemidos el dolor! Cuantos escribieron consuelos no dicen otra cosa.
SEMPRONIO. Lee más adelante, vuelve la hoja. Hallarás que dicen que fiar
en lo temporal y buscar materia de tristeza que es igual género de locura. Y aquel Macías, ídolo de los amantes de los amantes del olvido porque le olvidaba, se quejaba. En el contemplar está la pena de amor, en el olvidar el descanso. Huye de tirar coces al aguijón. Finge alegría y consuelo y serlo ha. Que muchas veces la opinión trae las cosas donde quiere, no para que mude la verdad; pero para moderar nuestro sentido y regir nuestro juicio.
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La Puebla de Montalbán
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Patria de
fernando de rojas

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