18 octubre 2021

18 de octubre

 Capítulo XVIII

DECLARACIÓN
6.15 p. m.
Para el inspector Jennings o a quien corresponda:
He oído toda la historia de labios del doctor Fell y él ha escuchado la mía. Estoy completamente sereno. Se me ocurre vagamente que se supone que en los documentos legales debe asentarse “en su sano juicio”, pero espero se me disculpe si no sigo la fórmula consagrada. Verdaderamente, no la conozco. Permítaseme tratar de ser franco. Me será fácil serlo, tanto más cuando una vez que haya terminado de escribir me dispararé un tiro. Por un momento tuve la intención de disparar sobre el doctor Fell mientras conversábamos hace unos minutos. Pero no había más que un proyectil en la pistola. Cuando le apunté con ella, hizo un gesto como de una cuerda puesta alrededor de su cuello; y reflexionando comprendí fácilmente que esta honrosa salida es mejor que la horca, de modo que guardé el arma. Odio al doctor Fell, lo confieso sinceramente, porque me descubrió, pero debo pensar en mi bien, antes que en cualquier otra cosa, y no tengo el menor deseo de ser ahorcado. Dicen que es muy doloroso y yo no pude nunca soportar el dolor don fortaleza.
Permítaseme decir, para comenzar —haciéndome justicia—, que el mundo me trató de una manera ruin. No soy criminal; soy hombre de educación y méritos; una adquisición, creo, para toda comunidad donde actúe. Esto, en parte, fué mi consuelo. Mi verdadero nombre lo reservaré, ni diré mucho de mi pasado para eludir las averiguaciones; pero es verdad que en cierta época fui estudiante de teología. Mi expulsión de cierto seminario se debió a circunstancias infortunadas, tales como implican el hecho de un joven de naturaleza robusta y sana al que la mística no ha hecho insensible a las seducciones de una bella muchacha. Niego hasta hoy haber robado dinero o haber tratado de que la culpa recayera sobre otro compañero.

Saponaria officinalis o hierba jabonera

 Jardines y flores

17 octubre 2021

17 de octubre

 La prueba de Ramón Callicó

Al término de su segundo año de aprendizaje, Yonah empezó a ver claro el camino de su vida y cada día le seguía deparando nuevas emociones a medida que iba asimilando las enseñanzas de Nuño. Ambos ejercían su profesión en toda la campiña que rodeaba Zaragoza, estaban muy ocupados en el consultorio y acudían a visitar en sus casas a los pacientes que no podían desplazarse. Casi todos los enfermos de Nuño pertenecían al pueblo llano de la ciudad y las alquerías de los alrededores. Algunas veces lo mandaba llamar algún noble que precisaba de los servicios de un médico y él siempre acudía a la llamada, pero le advertía a Yonah de que los nobles eran muy autoritarios y muchas veces se mostraban reacios a pagar los servicios de los médicos, por lo que él prefería no mantener tratos con ellos. Sin embargo, el 20 de noviembre del año 1504, recibió una llamada que no pudo desatender.
A finales de aquel verano, tanto el rey Fernando como la reina Isabel habían contraído una enfermedad debilitante. El Rey, un hombre muy fuerte cuya constitución se había forjado en la caza y la guerra, se había recuperado muy pronto, pero su esposa estaba cada vez más débil. El estado de Isabel había ido empeorando durante su visita a la ciudad de Medina del Campo y Fernando había mandado llamar de inmediato a media docena de médicos, entre ellos, Nuño Fierro, el médico de Zaragoza.
—Pero vos no podréis ir —protestó Yonah—. El viaje a Medina del Campo dura diez días. Ocho días como mínimo, si uno se mata cabalgando.
Se lo decía en serio, pues sabía que Nuño estaba delicado de salud y no se encontraba en condiciones de emprender aquel viaje.

Flores del tilo

Jardines y flores

16 octubre 2021

16 de octubre,

 Berkeley, 16 de octubre de 1991

Mi queridísimo Juan Manuel Carpio,
Incluso tu carta tristona me ha traído alegría. Gracias por calcular el tiempo para recibirme con tu presencia a mi regreso. La vida desde luego no es chiche, y uno no es ninguna pascua tampoco, y por dicha. Qué aburridas nos daríamos si fuéramos pascuas.
Mi viaje a San Salvador fue lindo, pues coincidí allá con tres de mis hermanas que también andaban de visita, y además recuperé el espíritu al sentir el verdadero cariño de los amigos. Mi mamá estaba muy bien de salud, aunque bastante distraída. La Ana Dolores y la Andrea cada día más jóvenes. Ahora parecen adolescentes. Disfrutamos el tiempo juntas. La Susy también estuvo, por supuesto, pero ahora anda con un nuevo novio pintor que no hace más que pintarla todo el día. Ya llevaba como siete retratos cuando me vine. Cuando pienso que a Enrique no le pude inspirar ni siquiera una foto para pasaporte. ¿Será que no tengo vocación de musa? Musaraña, tal vez.
Qué ganas de verte. Pero parece que va a tardar un tiempo. Por lo menos escribámonos mucho.
Bob y yo siempre estamos bien, y sepa usted, caballero, que esto no es ninguna broma.
Te quiero cantidades enormes. Tuya,
Fernanda

Alfredo Bryce Echenique
La amigdalitis de Tarzán

Una historia de amor en la que los dos protagonistas recorren no sólo el mundo de los sentimientos, sino el propio mundo iberoamericano. Juan Manuel Carpio, cantautor peruano probando suerte en París y María de la Trinidad del Monte Montes, joven aristócrata salvadoreña, narran la historia de su relación a través de cartas en La amigdalitis de Tarzán. Ella fracasará en su intento de llevar una vida plena en el matrimonio con un fotógrafo chileno. Él tendrá aspavientos internacionales a través de sus canciones. Pero ninguno imaginará lo indispensable que se tornará para cada cual la lectura del cariño del otro en las misivas, las cartas, que protagonizan La amigdalitis de Tarzán.
Asistimos así al desarrollo de una narración suelta y contada con un ritmo acelerado —pues las cartas se insertan dentro de la narración, no la detienen— y que desemboca en las conclusiones que enunciaban sus propias premisas. Conclusiones sin conclusión: el disparate existencial va a continuar.

Flores del tilo

Jardines y flores

15 octubre 2021

15 de Octubre

 4

DEPARTAMENTO DE CORREOS
ASUNTO: Anuncio de propuesta de Acción Disciplinaria
A: Henry Chinaski
Por la presente se le anuncia que hay una propuesta para apartarle del Servicio de Correos o para tomar alguna otra medida disciplinaria apropiada que se determine.
La acción propuesta tiene el fin de promover la eficiencia en el servicio y no será efectuada antes de 35 días tras recibir esta carta.
La acusación contra usted, y las razones que sostienen esta acusación son:
ACUSACIÓN N.º 1
Se le acusa de haberse ausentado sin notificarlo previamente en las siguientes fechas:
•    25 de Septiembre de 1969: 4 hrs
•    28 de Septiembre de 1969: 8 hrs
•    29 de Septiembre de 1969: 8 hrs
•    5 de Octubre de 1969: 8 hrs
•    6 de Octubre de 1969: 4 hrs
•    7 de Octubre de 1969: 4 hrs
•    13 de Octubre de 1969: 5 hrs
•    15 de Octubre de 1969: 4 hrs
•    16 de Octubre de 1969: 8 hrs
•    19 de Octubre de 1969: 8 hrs
•    23 de Octubre de 1969: 4 hrs
•    29 de Octubre de 1969: 4 hrs
•    4 de Noviembre de 1969: 8 hrs
•    6 de Noviembre de 1969: 4 hrs
•    12 de Noviembre de 1969: 4 hrs
•    13 de Noviembre de 1969: 8 hrs.
Sumándose a lo arriba reseñado, los siguientes datos de su expediente personal serán considerados determinantes para la obligación de tomar medidas disciplinarias:
Se le envió una carta de apercibimiento por ausentarse del trabajo sin notificarlo previamente el 1 de Abril de 1969.
Se le envió un anuncio de propuesta de acción disciplinaria el 17 de Agosto de 1969, por ausentarse del trabajo sin notificarlo previamente. Como resultado de aquella acusación se le suspendió sin paga durante tres días del 17 de Noviembre de 1969, al 19 de Noviembre de 1969.
Tiene derecho a apelar la acusación en persona o por escrito, o de ambas formas, y acompañarse de un abogado de su elección. Su réplica ha de hacerse antes de diez (10) días hábiles tras el recibo de esta carta. También puede incluir declaraciones juradas en apoyo de su respuesta. Cualquier réplica escrita será dirigida al Director de Correos, Los Ángeles, California 90052. Si necesita tiempo adicional para completar su apelación, será considerado tras una petición escrita exponiendo la necesidad.
Si desea apelar en persona, puede pedir una cita con Ellen Normell, Jefe de Empleados y sección de Servicio, o K. T. Shamus, Oficial de Servicios de Empleo, telefoneando al 2892222.
Después de que expire el plazo de 10 días para la réplica, todos los hechos de su caso, incluida la apelación si la hubiera, pasarán a ser completamente considerados antes de tomar una decisión. La decisión le será enviada por escrito. Si la decisión es adversa, la carta le explicará la razón, o razones, que han llevado a tomar la decisión.

Charles Bukowski
Cartero

Cartero es la primera novela publicada de Charles Bukowski, considerado uno de los autores más influyentes e imitados de la generación actual de escritores estadounidense gracias a su particular estilo, propio del realismo sucio y la literatura independiente.
Con una prosa plana, sobria y precisa, Bukowski ha producido algunas de las piezas más hermosas de la literatura contemporánea, no por la belleza de su lenguaje sino por la sinceridad de sus ideas malsonantes que consiguen reproducir magistralmente los ambientes pestilentes y marginales que frecuentó durante su juventud.
La novela describe, a través de su alter ego Chinaski, los doce años que estuvo empleado en una sórdida oficina de correos del Servicio Postal de Estados Unidos, hasta que un editor, deslumbrado por su fuerza poética, le ofreció cien dólares mensuales de por vida para que dejara el trabajo y escribiera a tiempo completo. Bukowski, con 49 años encima, decide aceptar y abandona la miserable seguridad de su empleo para escribir Cartero, su primera novela, en menos de un mes.
Una sátira brillante destinada a convertirse en clásico de la literatura moderna pues gracias al tiempo libre que obtiene con su nuevo trabajo de escritor, el alcoholismo y su adicción por las carreras de caballos, Bukowski empieza una serie de novelas autobiográficas que lo convertirían, muy a su pesar, en heredero indiscutible de la generación beat.

Serie: azulejos