23 mayo 2021

23 de mayo

PROCLAMA

El General de la Division de los Andes a todos los habitantes de las Provincias de Cuyo

Ministros del santuario: Elevad al Ser Supremo fervorosos sacrificios, y pedidle con la efusión de vuestros piadosos corazones que suspenda el azote de la guerra fratricida en que yace la República Argentina.

Honorables RR. de las legislaturas provinciales: A vosotros toca el deber sagrado de dictar leyes análogas y benéficas al pueblo que os honró con tan alto cargo. La generosidad de los Gobiernos litorales, de esos padres de la República, que sin reparar en sacrificios os han puesto en plena libertad para ejercer vuestras funciones, no entre el estruendo de las armas, sino en el silencio y reposo de la más perfecta tranquilidad.

Jefes Militares: Respetad y obedeced la autoridad civil; estad siempre en vigilia para sostenerla contra todo aquél que intente derrocarla; éste es vuestro deber.

Ciudadanos Todos: Respetad la religión de nuestros padres y sus ministros, las leyes que nos rigen y las autoridades constituídas. Si así lo hiciereis, seréis felices y no tendréis motivo de arrepentimiento.

Por las calles de Madrid

 Por las calles de Madrid

22 mayo 2021

22 de mayo

Tisza lo escuchó atentamente. Las gruesas lentes de sus gafas le agrandaban el iris grisáceo de sus ojos, ya de por sí grande. No interrumpió a Bálint ni una sola vez.

Cuando Bálint acabó su discurso le respondió detalladamente. Reconoció que Abády tenía razón en muchas cosas: sin duda, quien quisiese acabar con el obstruccionismo arriesgaba su futura carrera política, pero para él restituir el orden del Parlamento era un asunto de gran importancia, de primera necesidad, y pesaba más que cualquier otra razón. No protestó contra lo que Bálint había dicho sobre su vocación política. Negar su grandeza no habría sido más que una pose: quien supera una cabeza al resto de la multitud, sin duda es consciente de su talla. Tisza no era un hombre de poses. Reconoció que el país podría necesitarlo en el futuro por varias razones. No obstante, estaba decidido a actuar él mismo. No podía encargarle esa faena a un sustituto, porque precisamente su autoridad era necesaria. No se arrepentiría, aunque después se viese obligado a abandonar la política. Su nación lo necesitaba y esa causa merecía tal sacrificio.

El limpiabotas. Por las calles de Madrid

Por las calles de Madrid

21 mayo 2021

21 de mayo

En el intervalo entre la conclusión de la paz y la llegada de los prisioneros bonapartistas, Thiers se creyó tanto más obligado a reanudar su comedia de reconciliación cuanto que los republicanos, sus instrumentos, estaban apremiantemente necesitados de un pretexto que les permitiese cerrar los ojos a los preparativos para la carnicería de París. Todavía el 8 de mayo contestaba a una comisión de conciliadores pequeñoburgueses: «Tan pronto como los insurrectos se decidan a capitular, las puertas de París se abrirán de par en par durante una semana para todos, con la sola excepción de los asesinos de los generales Clément Thomas y Lecomte».

Por las calles de Madrid

 Por las calles de Madrid

Enriketa ve un fantasma