Me acerco a uno de los cuadernos que hay en la mesa. Está lleno de escritura ancha y grande en la que se ven a veces signos griegos. Pero aunque a primera vista no lo parece está en español. El encabezamiento dice: «Informe sefardí de Salónica, de fecha 18 de diciembre de 1936, hallado en los archivos secretos del senescal de C. —El texto comienza diciendo—: Tropo de la madre patria i de la benganza ke io no kuidaba portanto. La kerensia me trujo i akí bine. Arrivé a Madrid, citade grande e rica i di pace a la ierra kon los míos labios».
Me molesta la ortografía y el léxico tan arcaico o tan estragado. Pero hay cierta novedad en el hecho de saber que así hablan y escriben millares de antiguos españoles por las dos orillas —norte y sur— del Mediterráneo. Y sigo leyendo: «La nazión es cruel oi como en dorenavante. Haze cuatro sieclos nos espartió a unos entre los puevlos atrazados de África i de Oriente. Oi aki vuelvo i todo en siendo reconosiente por el recibo bien fraternal que la Spania acordóme no puedo entendere porké en los foburgos hai tanta giente morta con sanguine. Ke todos parescen spaniolos también i io tuve endenantes una tchica intervenzione de mi parte que fué puchar fasta el posto una carretiya kon un corpo lleno de bujeros en pechos i cabesa ke no tenía remedio y se yamaba tantos de Ponce de Toledo y parescía talmente un Eskenazim de Budapest por la colore i las faiciones, más ke era por el nombre uno de l’aristocrazia como Torquemada i Sisneros. Es amargo, ma la pura berdade. ¿No sería esta rasón de la sua decadensia de Spania tanta sánguine por parolas sin lavoro nenguno por el bien de la comunitade?».
Leyendo estas páginas no puedo menos de reír. Este judío a su manera dice la verdad. Su verdad no es la mía, pero todo hay que tenerlo en cuenta para acercarse al panorama de entonces, que es lo que trata de hacer la OMECC con todos sus especialistas ambulantes.
Ramón J. Sender
Los cinco libros de Ariadna