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18 diciembre 2021

18 de diciembre

Sueño del canciller

Lo que V. M. me escribe me anima a relatar un sueño que tuve en la primavera de 1863, cuando la gravedad de la política había llegado a su punto máximo y no se vislumbraba salida ninguna practicable. Así las cosas, soñé esa noche (y a la mañana siguiente lo conté a mi mujer y otras personas) que iba a caballo por una angosta senda alpina, bordeada a la derecha por un abismo y a la izquierda por una roca perpendicular. La senda fue haciéndose cada vez más estrecha, hasta el punto de que el caballo se negó a seguir adelante, resultando también imposible, por falta de sitio, dar la vuelta o apearme. En ese apuro, golpeé con la fusta que empuñaba con mi mano izquierda la roca vertical y lisa, invocando el nombre de Dios. La fusta se alargó infinitamente, cayó la roca y apareció ante mis ojos un amplio camino, al fondo del cual se extendía un bello paisaje de colinas y bosques, semejante al de Bohemia, por el que avanzaba un ejército prusiano con sus banderas desplegadas. Al mismo tiempo, me preguntaba cómo podría comunicar rápidamente tal suceso a V. M. Desperté contento y fortificado. El sueño llegó a cumplirse.

Bismarck a Guillermo I, 18 de diciembre de 1881.

Jorge Luis Borges
Libro de sueños

En la infancia yo ejercí con fervor la adoración del tigre, no el tigre overo de los camalotes del Paraná y de la confusión amazónica sino el tigre rayado, asiático y real, que sólo pueden afrontar los hombres de guerra, sobre un castillo encima de un elefante. Paso la infancia, caducaron los tigres y su pasión, pero todavía están en mis sueños. En esa napa sumergida o caótica siguen prevaleciendo y así: Dormido, me distrae un sueño cualquiera y de pronto se que es un sueño. Suelo pensar entonces: Éste es un sueño, una pura diversión de mi voluntad, y ya que tengo un ilimitado poder, voy a causar un tigre.

¡Oh incompetencia! Nunca mis sueños saben engendrar la apetecida fiera. Aparece el tigre, eso sí, pero disecado y endeble, o con impuras variaciones de forma, o de un tamaño inadmisible, o harto fugaz, o tirando a perro o a pájaro.

Jorge Luis Borges

18 diciembre 2020

18 de diciembre

Me acerco a uno de los cuadernos que hay en la mesa. Está lleno de escritura ancha y grande en la que se ven a veces signos griegos. Pero aunque a primera vista no lo parece está en español. El encabezamiento dice: «Informe sefardí de Salónica, de fecha 18 de diciembre de 1936, hallado en los archivos secretos del senescal de C. —El texto comienza diciendo—: Tropo de la madre patria i de la benganza ke io no kuidaba portanto. La kerensia me trujo i akí bine. Arrivé a Madrid, citade grande e rica i di pace a la ierra kon los míos labios». 

Me molesta la ortografía y el léxico tan arcaico o tan estragado. Pero hay cierta novedad en el hecho de saber que así hablan y escriben millares de antiguos españoles por las dos orillas —norte y sur— del Mediterráneo. Y sigo leyendo: «La nazión es cruel oi como en dorenavante. Haze cuatro sieclos nos espartió a unos entre los puevlos atrazados de África i de Oriente. Oi aki vuelvo i todo en siendo reconosiente por el recibo bien fraternal que la Spania acordóme no puedo entendere porké en los foburgos hai tanta giente morta con sanguine. Ke todos parescen spaniolos también i io tuve endenantes una tchica intervenzione de mi parte que fué puchar fasta el posto una carretiya kon un corpo lleno de bujeros en pechos i cabesa ke no tenía remedio y se yamaba tantos de Ponce de Toledo y parescía talmente un Eskenazim de Budapest por la colore i las faiciones, más ke era por el nombre uno de l’aristocrazia como Torquemada i Sisneros. Es amargo, ma la pura berdade. ¿No sería esta rasón de la sua decadensia de Spania tanta sánguine por parolas sin lavoro nenguno por el bien de la comunitade?». 

Leyendo estas páginas no puedo menos de reír. Este judío a su manera dice la verdad. Su verdad no es la mía, pero todo hay que tenerlo en cuenta para acercarse al panorama de entonces, que es lo que trata de hacer la OMECC con todos sus especialistas ambulantes.

Ramón J. Sender 
Los cinco libros de Ariadna

22 de noviembre

  Deirdre frunció el entrecejo. —No al «Traiga y Compre» de Nochebuena —dijo—. Fue al anterior… al de la Fiesta de la Cosecha. —La Fiesta de...