NIEBLA
Suplica a la niebla su piedad y que recubra la obra de la escarcha, el hielo, ¡tanta muerte!, que envuelva en su organdí como mortaja la gloría destruida del membrillo, mientras guardas sus frutos para perfumar tus melancólicos tesoros del arcón: papeles, amarillos, de cartas, y una trenza.
La niebla, si es piadosa, puede borrarte la memoria, embotar, al menos, su cuchillo, con sus flecos.
El tiempo de Eurídice (1996) de José Jiménez Lozano (1930 - 2020)
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