
16 enero 2023
15 enero 2023
TRECE LINEAS (más o menos). 5 de 365
Según él, en la raza blanca no hay más que dos tipos: el cabeza redonda y el cabeza larga: Caín y Abel.
El cabeza redonda, Caín, es violento, orgulloso, inquieto, sombrío, minero, aficionado a la música; el cabeza larga, Abel, es tranquilo, plácido, inteligente, agricultor, matemático, hombre de ciencia. Caín es salvaje, Abel, civilizado; Caín es religioso, fanático, reaccionario, adorador de dioses; Abel es observador, progresivo, no le gusta adorar y estudia y contempla.
Para Recalde, yo soy todo lo contrario de lo que era para mi abuela. Según el doctor, la sangre de los Aguirre me ha estropeado; sin la nefasta influencia de esa raza violenta de Caínes de cabeza redonda, yo hubiera sido un hombre de un tipo admirable; pero esa sangre inquieta se ha cruzado en mi camino.
—Usted —me suele decir Recalde— es uno de los tipos verdaderamente europeos que tenemos en Lúzaro. Su abuelo, el suizo, debía ser un dolicocéfalo rubio, un germano puro sin mezcla de celta ni de hombre alpino. Los Andía son de lo mejor de Elguea, del tipo ibérico más selecto. ¡Lástima que se cruzaran con esos Aguirre de cabeza redonda!
—No te preocupes por eso —le suelo decir yo, riendo.
—¡No me he de preocupar! —replica él—. Si usted fuera uno de esos bárbaros de cabeza redonda como mi padre, por ejemplo, yo no le diría a usted nada; pero como no lo es, le recomiendo que tenga usted cuidado con sus hijos y con sus hijas: no les permita usted que se casen con individuos de cabeza redonda.
Verdaderamente sería el colmo de lo cómico impedir a un hijo que se casara con una buena muchacha por tener la cabeza redonda; pero no sería menos cómico oponerse a un matrimonio porque el abuelo del novio o de la novia hubiese sido en su tiempo zapatero o quincallero. En estas cuestiones, los jóvenes suelen tener mejor sentido que los viejos, porque no atienden más que a sus sentimientos.
Contaba una criada de mi casa, la Iñure, que un indiano rico de su pueblo, ex negrero, que estaba muy incomodado porque su hijo quería casarse con una muchacha pobre, hizo a la chica esta advertencia:
—Yo, como tú, no me casaría con mi hijo. Ten en cuenta que yo he sido negrero y que en mi familia ha habido dos personas que fueron ahorcadas.
—Eso no importa —contestó la muchacha—. Gracias a Dios, en mi familia ha habido también muchos ahorcados.
Realmente, esta muchacha discurría muy bien.
Título original: Las inquietudes de Shanti Andía
Pío Baroja, 1911
Edición: Julio Caro Baroja
[TRECE LINEAS (más o menos)]
14 enero 2023
TRECE LINEAS (más o menos). 4 de 365
Ojalá mi padre o mi madre, o mejor dicho ambos, hubieran sido más conscientes, mientras los dos se afanaban por igual en el cumplimiento de sus obligaciones, de lo que se traían entre manos cuando me engendraron; si hubieran tenido debidamente presente cuántas cosas dependían de lo que estaban haciendo en aquel momento:—que no sólo estaba en juego la creación de un Ser racional sino que también, posiblemente, la feliz formación y constitución de su cuerpo, tal vez su genio y hasta la naturaleza de su mente;—y que incluso, en contra de lo que ellos creían, la suerte de toda la casa podía tomar uno u otro rumbo según los humores y disposiciones que entonces predominaran:——si hubieran sopesado y considerado todo esto como es debido, y procedido en consecuencia,——estoy francamente convencido de que yo habría hecho en el mundo un papel completamente distinto de aquel en el que es muy probable que el lector me vea. —Creedme, buena gente, esto no es cosa tan insignificante como muchos de vosotros podáis pensar;—me atrevería a decir que todos habéis oído hablar de los espíritus animales, de cómo se transfunden de padre a hijo, etc., etc.—y otras muchas cosas al respecto.—Pues bien, tenéis mi palabra de que nueve de las diez partes del sentido de un hombre o de su sinsentido, sus éxitos y sus fracasos en este mundo dependen de los movimientos y actividad de dichos espíritus, así como de los diferentes terrenos y sendas en que se los deposite; de tal manera que, una vez puestos en marcha, no importa ni medio penique que lo estén para bien o para mal,—allá van, alborotando como locos; y al dar los mismos pasos una y otra y otra vez, al poco rato ya han hecho con ello un camino un llano y uniforme como el paseo de un jardín; y una vez que se han acostumbrado a él, ni el mismo Diablo será a veces capaz de desviarlos.
—Perdona, querido, dijo mi madre, ¿no te has olvidado de darle cuerda al reloj?———¡Por D——!, gritó mi padre lanzando una exclamación pero cuidándose al mismo tiempo de moderar la voz——¿Hubo alguna vez, desde la creación del mundo, mujer que interrumpiera a un hombre con una pregunta tan idiota?—Perdone, pero, ¿qué estaba diciendo su padre?———Nada.
Laurence Sterne. Tristram Shandy. La vida y las opiniones del caballero Tristram Shandy
Título original: The Life and Opinions of Tristram Shandy, Gentleman
Laurence Sterne, 1759
Traducción: Javier Marías
[TRECE LINEAS (más o menos)]
13 enero 2023
TRECE LINEAS (más o menos). 3 de 365
- Me descubro de nuevo en el Polo Norte. Estoy sin trineo, sin perros y con el pijama puesto. ¿Me preguntáis si tengo frío? Por supuesto que tengo frío, idiotas.
- Atardecer oscuro de diciembre. En la iglesia los santos están despiertos viendo caer la nieve.
- Ariadna toca las teclas del piano una por una, como en un funeral bajo la lluvia. Teseo quiere algo que se pueda bailar. El Minotauro, a quien todo el mundo llama zopenco, asiente alegremente con la cabeza.
- Los maltratadores de niños llevaban a su hijito a la iglesia los domingos.
- Sonámbulos, uníos. Congregaos en las azoteas a medianoche.
- Recorrí algunos caminos infames en mi niñez. No es raro que me falte algún tornillo.
- La historia es un libro de recetas. Los tiranos son los chefs. Los filósofos redactan las cartas. Los curas hacen de camareros. Los gorilas son gente del ejército. Los cantos que oyes son los poetas lavando los platos en la cocina.
- La compasión bondadosa de un solo ser humano por otro en tiempos de odio y violencia masivos merece más respeto que los sermones de todas las iglesias desde que el mundo es mundo.
Charles Simic (Belgrado, 9 de mayo de 1938 - Dover, Estados Unidos, 9 de enero de 2023)
Charles Simic. El monstruo ama su laberinto. Cuadernos
Título original: The Monster Loves His Labyrinth
Charles Simic, 1997
Traducción: Jordi Doce
[TRECE LINEAS (más o menos)]
Suscribirse a:
Entradas (Atom)