17 septiembre 2022

FLANNERY O’CONNOR: Querido Dios

 Querido Dios:

No puedo amarte como quiero. Tú eres la medialuna sutil que veo y yo soy la sombra de la tierra que me impide ver toda la luna. La medialuna es muy hermosa y, a lo mejor, es todo lo que debería ser visible para alguien como yo; pero de lo que tengo miedo, querido Dios, es de que mi sombra se haga tan grande que me tape la luna entera, y de que yo me juzgue a mí misma por la sombra, que no es nada.

No te conozco, Dios, porque me pongo en medio. Por favor, ayúdame a que me aparte a un lado.

Querría triunfar en el mundo con lo que me gusta hacer. Te lo he pedido ansiosamente en todos mis pensamientos, y he llegado a tal tensión mental que te he dicho: «Dios, por favor», «tengo que poder», y «por favor, por favor». Me temo que no te lo he pedido de la mejor forma. Permíteme que, de ahora en adelante, te lo pida con resignación, lo que no es ni pretende ser un descuido en la oración, sino que sea menos frenética, porque ese frenesí lo causa el ansia por lo que quiero y no una confianza espiritual. No quiero ser presuntuosa. Quiero amar.

Oh, Dios, despeja mi mente.

Por favor, límpiala.

Te pido un mayor amor por mi santa Madre y le pido a ella un mayor amor por Ti.

Por favor, ayúdame a meterme en las cosas y a encontrarte dónde estés.

No quiero renegar de las oraciones tradicionales que he rezado toda la vida; el problema es que las rezo sin sentirlas. Pierdo fácilmente la atención. De esta forma, [escribiendo] estoy atenta todo el tiempo. Cuando pienso en estas cosas y te las escribo, siento la calidez de un amor inflamándome. Por favor, no dejes que las explicaciones psicológicas hagan que se enfríe de repente. Mi inteligencia es tan limitada, Señor, que solo puedo confiar en que seas Tú quien me proteja.

Por favor, ayuda a que las personas que quiero sean libres de sus sufrimientos. Por favor, perdóname.

 

DIARIO DE ORACIÓN

FLANNERY O’CONNOR

Traducción de Isabel Berzal Ayuso y Guadalupe Arbona Abascal

Rebaño colorido

El rebaño

16 septiembre 2022

Un niño está en nuestra aldea (a modo de villancico - siglo XVI)

 FLORESTA DE LA ANT. LÍRICA POPULAR

Un niño está en nuestra aldea
en brazos de una zagala,
que en tierra y cielo no hay gala,
que igual con la suya sea.
Un niño que es rey del cielo
y señor de lo criado
con librea de encarnado
hoy se disfrazó en el suelo :
que no hay pastor que le vea
en brazos de su zagala,
que no diga que no hay gala
que igual con la suya sea.
Ni el cielo ni el sol lumbroso
no tienen que ver con él,
porque el garrido doncel
es en todo más hermoso
y está agora en nuestra aldea
en brazos de la zagala,
que en tierra y cielo no hay gala,
que igual con la suya sea.
Hoy sale el sol de la luna
siendo del la luz que tiene,
que el resplandor del le viene
y no de otra causa alguna,
hoy el Verbo en nueva idea
concebido sin iguala
nace con divina gala
de encarnado en nuestra aldea.
(Del s. xvi. Bibl. Nao., ms. 14070.)

D. JULIO CEJADOR Y FRAUCA
FLORESTA DE LA ANT. LÍRICA POPULAR (TOMO IX)

Rebaño de colores

El rebaño

15 septiembre 2022

 Aquella noche

La noche en que nos conocimos
yo empecé a perder
La cerilla explotó
y me quemó los dedos
manché mi blusa con el vino
Olvidé por completo
el nombre del mes y del día.
Tanta turbación
solo podía ser la prueba
de un deseo muy grande
tan grande
que ni tú misma
podías satisfacer.


Cristina Peri Rossi

Aquella noche

sambucus ebulus, saúco menor, yezgo

Parque natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel

14 septiembre 2022

¡Oh, dime, noche amiga, amada vieja... de Antonio Machado

 ¡Oh, dime, noche amiga, amada vieja,
que me traes el retablo de mis sueños
siempre desierto y desolado, y sólo
con mi fantasma dentro,
mi pobre sombra triste
sobre la estepa y bajo el sol de fuego,
o soñando amarguras
en las voces de todos los misterios,
dime, si sabes, vieja amada, dime
si son mías las lágrimas que vierto!
Me respondió la noche:
Jamás me revelaste tu secreto.
Yo nunca supe, amado,
si eras tú ese fantasma de tu sueño,
ni averigüé si era su voz la tuya,
o era la voz de un histrión grotesco.
Dije a la noche: Amada mentirosa,
tú sabes mi secreto;
tú has visto la honda gruta
donde fabrica su cristal mi sueño,
y sabes que mis lágrimas son mías.
y sabes mi dolor, mi dolor viejo.
¡Oh! Yo no sé, dijo la noche, amado,
yo no sé tú secreto,
aunque he visto vagar ese que dices
desolado fantasma, por tu sueño.
Yo me asomo a las almas cuando lloran
y escucho su hondo rezo,
humilde y solitario,
ese que llamas salmo verdadero;
pero en las hondas bóvedas del alma
no sé si el llanto es una voz o un eco.
Para escuchar tu queja de tus labios
yo te busqué en tu sueño,
y allí te vi vagando en un borroso
laberinto de espejos.


Antonio Machado

Soledades

22 de noviembre

  Deirdre frunció el entrecejo. —No al «Traiga y Compre» de Nochebuena —dijo—. Fue al anterior… al de la Fiesta de la Cosecha. —La Fiesta de...