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31 marzo 2022

Sobre el cuco - el cuco cantaba desde la sombra invisible

Nada te pedí; ni siquiera te dije mi nombre al oído. Y cuando te despediste, me quedé silenciosa.
Yo estaba sola junto al pozo, donde caía la sombra oblicua del árbol. Las mujeres se volvían a sus casas con sus cántaros morenos de barro rebosantes, y me gritaron: «¡Vente, que va a ser mediodía!» Pero yo me retardaba lánguidamente, perdida en vanos pensamientos.
No oí tus pasos cuando venías. Cuando me miraste, tenías tristes los ojos; y con qué fatigada voz me dijiste bajo: «Ay, ¡qué sed tiene el pobre caminante!» Desperté sobresaltada de mis ensueños, y eché agua de mi cántaro en tus palmas juntas… Las hojas se rozaban sobre nuestras cabezas, el cuco cantaba desde la sombra invisible, y de la revuelta del camino venía el perfume de las flores del babla.
Cuando me preguntaste mi nombre, ¡me dio una vergüenza! Verdaderamente, ¿qué había yo hecho para merecer tu recuerdo? Pero el recordar que yo pudiera quitarte tu sed con mi agua se me ha quedado cogido al corazón, y lo envolverá para siempre de su dulzura.
Ya pasó la mañana, el pájaro canta monótono, las hojas del nima murmuran más arriba. Y yo, sentada, pienso, pienso…

Rabindranath Tagore
La luna nueva / El jardinero / Ofrenda lírica

30 marzo 2022

Sobre el cuco - El cuco parece fuera de sí. Es difícil comprender por qué ha de seguir cantando tan incansablemente.

BOLPUR.
31 de Mayo de 1892.

Aún no son las cinco, pero la luz ha amanecido, hay una brisa deliciosa, y todos los pájaros, despiertos en el jardín, han empezado a cantar. El cuco parece fuera de sí. Es difícil comprender por qué ha de seguir cantando tan incansablemente. Seguramente no es para distraernos ni para volver loco al enamorado que muere de amor; ha de tener algún propósito personal propio. Pero, desdichadamente, ese propósito no parece realizarse nunca. Sin embargo, no se desanima y su Cu-Cu continúa, de vez en cuando, con un trino ultrafervoroso. ¿Qué puede significar?

Luego, en la distancia, hay algún otro pájaro con sólo un débil chut-chut que no tiene ni energía ni entusiasmo, como si toda esperanza se hubiera perdido; sin embargo, desde dentro de algún rincón sombreado, no puede resistir el proferir este pequeño lamento: chut-chut-chut.

¡Qué poco sabemos, en realidad, de los asuntos domésticos de estos inocentes seres alados, con sus cuellos y pechos suaves y sus plumas multicolores! ¿Pero cuál es el motivo que los hace cantar tan persistentemente?

Rabindranath Tagore
Entrevisiones de Bengala - Poemas de Kabir

22 de noviembre

  Deirdre frunció el entrecejo. —No al «Traiga y Compre» de Nochebuena —dijo—. Fue al anterior… al de la Fiesta de la Cosecha. —La Fiesta de...