LAS HOJAS DEL EVÓNIMO
PRIMAVERA
Antiguamente, cuando
la luna nueva alzaba su memoria de nuevos pastos en lejanos valles, ellos sacrificaban un cordero y ponían en marcha a sus rebaños.
Pero la sangre es roja
y, al alzarse la luna nuevamente, crucificaron luego a un hombre: abril, el viento largo, la tardía helada, y desolación nos punzan.
Mas se lavan las manchas,
y la luna ilumina los amores lascivos, y los otros, sonoras primaveras, dulces de narrar como se narra el árbol o las lilas difunden su violeta hermosura.
No recordamos nada, o sólo esos enlaces del cuerpo, y humedad de hierba, ardiente el sol, los senos, y los ojos.
José Jiménez Lozano (1930-2020)Antiguamente, cuando
la luna nueva alzaba su memoria de nuevos pastos en lejanos valles, ellos sacrificaban un cordero y ponían en marcha a sus rebaños.
Pero la sangre es roja
y, al alzarse la luna nuevamente, crucificaron luego a un hombre: abril, el viento largo, la tardía helada, y desolación nos punzan.
Mas se lavan las manchas,
y la luna ilumina los amores lascivos, y los otros, sonoras primaveras, dulces de narrar como se narra el árbol o las lilas difunden su violeta hermosura.
No recordamos nada, o sólo esos enlaces del cuerpo, y humedad de hierba, ardiente el sol, los senos, y los ojos.
El tiempo de Eurídice (1996)
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