Ni las autoridades portuguesas ni, por supuesto, el gobierno de Su Majestad, que envió a Lisboa una patrulla de hombres de Scotland Yard, quedaron conformes con la teoría del suicidio. Se interrogó a todos los que tenían relación con Crowley; Pessoa se convierte en el principal sospechoso. Un registro en la casa del poeta arrojó resultados que apoyaban la teoría del crimen pasional después de que los agentes de Scotland Yard encontraran en su estudio un poema que, según escribió en su informe el oficial de la investigación, era un “...certero y milimétrico mapa sentimental de las abigarradas y malévolas motivaciones que han empujado al señor Fernando Pessoa a cometer tan terrible crimen”. AQUÍ SIGUE.:
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