06 mayo 2025

Los méritos de los humildes

 Los méritos de los humildes

 

Rab Huná era hombre de santas costumbres y de gran doctrina, y muy venerado y estimado de sus cofrades.

Próximo a la casa de este gran doctor vivía una pobre mujer, la cual a duras penas iba saliendo adelante; y todavía, en su escasez, hallaba modo de ser útil a sus compañeras de fatiga. Una vez a la semana hacía cocer el pan en un horno calentado a su costa. Apenas retiraba su pan, procuraba que el horno estuviese encendido aún, a fin de que sus compañeras pobres hiciesen su cochura.

Sucedió una vez que se produjo un gran incendio en aquellas cercanías; pero cuando llegó cerca de la casa del doctor, casi por milagro se extinguió.

Los ciudadanos tuvieron desde entonces en mayor respeto al doctor y juzgaron que por sus méritos el incendio no hubiese cundido más allá.

Pero durante el sueño de aquellos ciudadanos que habían forjado tal juicio sonó una voz milagrosa y dijo: «Rab Huná es un gran hombre, pero el incendio se extinguió por los méritos de la pobre mujer que vive allí cerca.»


Rafael Cansinos Assens (traductor)

BELLEZAS DEL TALMUD 

(ANTOLOGÍA HEBRAICA)

Más o menos, vista de Castro Urdiales

Más o menos, vista de Castro Urdiales

05 mayo 2025

La causa de los sacrificios

 La causa de los sacrificios

 

¿Por ventura se sustenta el Señor de la carne y la sangre? ¿Y por qué, pues, ha impuesto los sacrificios a Israel?

El Señor, de otra parte, no ha impuesto los sacrificios, sino que solo los ha consentido. Así decía Dios a Israel: «No creas que los sacrificios tienen la eficacia de persuadir a mi voluntad; no imagines cumplir por ello un deseo mío. Pues no por mi voluntad, sino por tu deseo, sacrificas.»

¿Y por qué la ley divina ha permitido los sacrificios?

Un hijo de un rey, en vez de comer en la mesa regia, siempre andaba de orgía con malos compañeros, con lo que adquiría modales y costumbres obscenas. Dijo el rey: «De hoy en adelante mi hijo comerá siempre a mi mesa. Así aprenderá modales y costumbres más decentes y honestas.»

Así Israel estaba acostumbrado a ofrecer holocaustos y víctimas a falsos Dioses y a demonios; y en esta práctica había puesto mucho amor y pasión. Dijo el Señor: «Ofréceme solamente a mí los sacrificios: así serán al menos ofrecidos al verdadero Dios.»


Rafael Cansinos Assens (traductor)

BELLEZAS DEL TALMUD 

(ANTOLOGÍA HEBRAICA)



Iglesia prerománica junto a la montaña

 Iglesia Románica junto a la montaña