La causa de los sacrificios
¿Por ventura se sustenta el Señor de la carne y la sangre? ¿Y por qué, pues, ha impuesto los sacrificios a Israel?
El Señor, de otra parte, no ha impuesto los sacrificios, sino que solo los ha consentido. Así decía Dios a Israel: «No creas que los sacrificios tienen la eficacia de persuadir a mi voluntad; no imagines cumplir por ello un deseo mío. Pues no por mi voluntad, sino por tu deseo, sacrificas.»
¿Y por qué la ley divina ha permitido los sacrificios?
Un hijo de un rey, en vez de comer en la mesa regia, siempre andaba de orgía con malos compañeros, con lo que adquiría modales y costumbres obscenas. Dijo el rey: «De hoy en adelante mi hijo comerá siempre a mi mesa. Así aprenderá modales y costumbres más decentes y honestas.»
Así Israel estaba acostumbrado a ofrecer holocaustos y víctimas a falsos Dioses y a demonios; y en esta práctica había puesto mucho amor y pasión. Dijo el Señor: «Ofréceme solamente a mí los sacrificios: así serán al menos ofrecidos al verdadero Dios.»
Rafael Cansinos Assens (traductor)
BELLEZAS DEL TALMUD
(ANTOLOGÍA HEBRAICA)
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