
28 febrero 2021
27 febrero 2021
27 de febrero
Gerónimo de Letona y las Mendozas, hijo de muy noble don Gonzalo de Letona y de dona María Visitación de las Mendozas, vio la primera luz en la ciudad de Granada en la medianoche del miércoles día 27 de febrero del año del nacimiento de Nuestro Señor Jesús de mil quinientos veinticuatro, festividad de san Baldomero y san Leandro. Su horóscopo, secretamente encargado por doña Visitación a un hidalgo castellano cultivaba saberes astrológicos burlando la vigilancia de la Santa Inquisición, no reveló buenos augurios, por lo que la prudente mujer, que cristianamente se arrepentía de sus creencias paganas cada vez que eran éstas inconvenientes a sus deseos, decidió olvidarlo y dar al niño cabal bautismo. Fue el arcipreste de la iglesia de la Resurrección, llamado Sebastián, quien puso con sus dedos el agua limpiadora de pecados en la lampiña nuca y en el cuello de Gerónimo. Después dijo una oración en la que exaltaba el desendemoniamiento que con la sanadora ablución había ejecutado.
Luis G. Martín
La dulce ira
La dulce ira se ocupa del rencor; y podría leerse como una apología de la venganza, o una defensa del acto extremo.
¿Tiene la vida situaciones en que las respuestas pacíficas, dialogantes, civilizadas, resultan inútiles? En esta novela, ambientada en el periodo de violencia que vivió la historia europea durante el siglo XVI, se sostiene que el asesinato es, para aquel que sufre, un acto moral más valioso que la resignación.
La violencia, sin embargo, no se manifiesta desde la brutalidad animal, sino desde su contrario humano, la inteligencia; y no es actitud primaria, sino acto de justicia. Como dice uno de los personajes de La dulce ira, si usa el culto su sabiduría y el hermoso su belleza, ¿qué mal hay en que el fuerte use la violencia?
Un libro inquietante.
26 febrero 2021
26 de febrero
"Ya estamos en el golfo", me dijo uno de mis compañeros cuando me levante a almorzar el 26 de febrero. El día anterior había sentido un poco de temor por el tiempo del golfo de México. Pero el destructor, a pesar de que se movía un poco, se deslizaba con suavidad. Pensé con alegría que mis temores habían sido infundados salí a cubierta. La silueta de la costa se había borrado Solo el mar verde y el cielo azul se extendían en torno a nosotros. Sin embargo, en la media cubierta, el cabo Miguel Ortega estaba sentado, pálido y desencajado, luchando con el mareo. Eso había empezado desde antes. Desde cuando todavía no habían desaparecido las luces de Mobile, y durante las últimas veinticuatro horas, el cabo Miguel Ortega no había podido mantenerse en pie a pesar de que no era un novato en el mar.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ,
Relato de un náufrago.
Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre es un reportaje novelado de Gabriel García Márquez que relata la historia de Luis Alejandro Velasco Sánchez, un náufrago que fue proclamado héroe de Colombia, pero tras la versión distribuida por el diario El Espectador de Bogotá, quedó olvidado; este relato obligó a que su autor se diera al exilio en París.
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