04 diciembre 2020

4 de diciembre

 La metáfora de todas estas promociones fue Goldman Sachs. No se había visto nada parecido desde la «South Sea Bubble», y no volvería a verse nada igual hasta IOS («Investor Overseas Service») y Bernie Cornfeld. 

La Edad de Oro de Goldman Sachs fue los casi once meses que empezaron el 4 de diciembre de 1928. Este día se constituyó la «Goldman Sachs Trading Corporation». Era un trust de inversiones cuya única función era invertir en otras Compañías; se emitieron acciones por 100 millones de dólares, el 90 por ciento de las cuales se vendieron al público. El capital se invirtió en otros valores, seleccionados de acuerdo con la suprema visión de Goldman Sachs. En el mes de febrero, la «Trading Corporation» se fusionó con la «Financial and Industrial Securities Corporation», que era otro trust de inversiones. El activo era ahora de 235 millones de dólares. En julio, la empresa fusionada lanzó la «Shenandoah Corporation». Se autorizaron acciones ordinarias y preferentes por un total de 102,3 millones de dólares, también para su inversión en otros valores. La demanda de acciones por el público fue siete veces mayor que el capital que podía suscribir, por lo cual se emitieron más. En agosto «Shenandoah» creó, a su vez, la «Blue Ridge Corporation», con 143 millones de dólares. Pocos días más tarde, la «Trading Corporation» emitió obligaciones por otros 71,4 millones de dólares, para comprar otro trust de inversiones y un Banco en la costa occidental. 

Las «Shenandoah», que habían sido emitidas a 17,50 dólares y habían subido a 36,00, acabaron bajando a cincuenta centavos. Toda una pérdida. A la «Trading Corporation» le fue aún peor. En febrero de 1929, ayudada por algunas compras propias, había llegado a 222,50 dólares. Dos años más tarde podían comprarse sus acciones por un dólar o dos. «Cogió mi fortuna —dijo de su agente un contrastado comentarista— y la convirtió en agua de borrajas». Personaje importante de esta gran expropiación —director de «Shenandoah» y de «Blue Ridge»— fue John Foster Dulles. Un hombre más introspectivo se habría preguntado qué pasaba. Dulles conservó su fe inquebrantable en el sistema capitalista. Más adelante volveremos a hablar de él.

John Kenneth Galbraith
La era de la incertidumbre

Vitolas

Vitolas, vitolinas, habilitaciones, libranillos y anillos tabaqueros

03 diciembre 2020

3 de diciembre

 3 DE DICIEMBRE: Vivo solo, rara vez salgo de casa. Paso días enteros sin hablar. Cuando me veo obligado a decir algo, mi voz me resulta extraña, vibra como una máquina. Voy a clase únicamente cinco veces a la semana. Me siento, escucho, me voy. Vuelvo a casa. Los fines de semana, que duran cuatro días, son aún más solitarios. Entonces, si efectivamente salgo, solo es después de medianoche, a emborracharme o comprar comestibles. Trabajo muchísimo, amurallado en mi oculta condición…, la novela es una empresa abrumadora… La poesía es casi un entretenimiento. El cine, absorbente. Los estudios, algo que debe hacerse. No sé lo que me impulsa… Mi mente es más aguda, y sin embargo está más confusa. Con frecuencia tengo la impresión de que voy a morirme. Anoche escuché la Tercera sinfonía de Beethoven por primera vez en casi dos años. Se me estremecía el cuerpo, temblaba y… lloré. No lo entendía. Como si hubiera caído al vacío. Llevo una vida solipsista. Sin amigos, sin cuerpo… Después: Hoy ha pasado algo bueno. La semana pasada di a Allen una copia de los poemas que te envié. Luego me olvidé de ellos, estaba haciendo otras cosas. Y él, por lo visto, se los guardó en el bolsillo y también se olvidó. Hoy me ha llamado para decirme que anoche se llevó una sorpresa cuando se los encontró en el bolsillo. Me dijo que se quedó muy impresionado, que casi me llama a las dos de la madrugada para decírmelo. Yo me mostré bastante escéptico: no creía que fuesen tan buenos… Pero él dijo no, no, son verdaderamente buenos, y entró en detalles, diciendo que debería enviarlos a la revista Poetry porque eran dignos de publicarse. Aunque no sé si lo haré, me sentí halagado por sus comentarios. Dijo que creía que estaba haciendo verdaderos progresos. Es bueno recibir un espaldarazo así, sobre todo viniendo de él.

Paul Auster
Informe del interior

Vitolas

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