Mostrando entradas con la etiqueta refranero. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta refranero. Mostrar todas las entradas

08 mayo 2008

Algunos refranes con la "N"

Necio (El), callando, es habido por discreto, como por cumplido el escaso encubierto.—Recomienda la prudencia, tan necesaria en todos los actos de la vida.
Necio (El), callando, es tenido por sabio.—Encarece el valor de la discreción.
Necio es quien piensa que otro no piensa.—Dice que nun­ca debemos creer al enemigo desprevenido, sino todo lo contrario.
Necio (El) hace al fin lo que el discreto al principio.—Con­dena la torpeza, que no sabe dirigir los pasos del hombre.
Necio (El), en su casa ni en la ajena sabe nada.
Necio (El), ni lo venidero sabe huir, ni lo presente sufrir.
Necio (El), ni para fraile es bueno.—Nota la simpleza de la vida frailuna para resaltar que los torpes no sirven para nada.
Necios y porfiados hacen ricos los letrados.—Porque por tesón o necedad se levantan muchos pleitos.
Negocian los hombres sabios, disimulando injurias y su­friendo agravios.
Negocios largos, nunca bien acabados.
Negra es la pimienta y cómenla los hidalgos, y blanca es la nieve y písanla los caballos.
Ni a picaro descalzo, ni a hombre callado, ni a mujer barbada, no les des posada.
Ni al aire cierzo abrigo, ni al hombre pobre amigo.
Ni a la mujer qué llorar ni al perro qué mear nunca les ha de faltar.
Ni a la puta por llorar, ni al rufián por jurar, ni los has de creer ni te has de fiar.
Ni al buen hijo heredar, ni al malo dejar.—Dice Correas: «Que no se fatigue el padre ni infierne por los hijos, porque el malo no lo merece y al bueno Dios le ayudará.»
Ni al caballo corredor ni al hombre rifador duró mucho el honor.—Porque el verdadero valor está en los hombres mesurados y modestos.
Ni al gastador faltó qué gastar, ni al lacerado qué guar­dar.
Ni al niño el bollo, ni al santo el voto.—Has de dejar de dar si has prometido.
Ni al niño el bollo, ni al viejo el c...—Se deben dar a guardar.
Ni al niño que se eche, ni al viejo que se levante.— Se les debe decir, porque tanto conviene a los primeros el ejercicio como a los segundos el reposo.
Ni al tahúr qué jugar, ni al gastador qué gastar.—Que no les falta nunca.
Ni ames a quien amó, ni sirvas a quien sirvió.—Porque habiendo conocido las amarguras de ese estado precedente, exigen para su satisfacción sacrificios muy penosos de con­llevar. También se dice «Ni pidas a quien pidió, ni sirvas a quien sirvió».
Ni amigo burgalés, ni cuchillo cordobés.—Lo primero es matraca.
Ni amigo jugador, ni tahúr mal bebedor.
Ni amigo reconciliado, ni carnero dos veces asado.
Ni amistad con fraile, ni con monja que te labre.
Ni amor ni señoría quieren compañía.
Ni amor sin comer, ni gala sin otro tener.
Ni atruejo sin luna, ni feria sin puta, ni piara sin artuña. «Atruejo» son los tres días de Carnestolendas; dice «piara» por hato o rebaño de trescientas ovejas, y «artuña» a la oveja horra que parió y se le murió el cordero.
Ni a pícaro descalzo, ni a hombre callado, ni a mujer barbada, no le des posada.
Ni a rico debas ni a pobre prometas.
Ni asno rebuznador, ni hombre rallador.—«Rallador» por quisquilloso.
Ni a todos dar, ni con necios porfiar.
Ni ausente sin culpa, ni presente sin disculpa.—Dice que al que no se halla presente se le cargan siempre las mayores inculpaciones, mientras que el presente, tengan razón o no, se defiende de los cargos.
Ni barbero mudo, ni cantor sesudo.—Se refiere a los que pasan el tiempo canturreando, en lugar de reflexionar.
Ni bebas con botija, ni des a forastero tu hija.
Ni bebas en laguna, ni comas más de una aceituna.
Ni bebas sin ver, ni firmes sin leer.
Ni beber de bruces, ni mujer de muchas cruces.—«Mujer de muchas cruces» por beata, remilgada, espantadiza e incluso monja.
del Refranero español de J. Bergua

18 abril 2008

Refranes de la letra "A" (Primera entrega)

Abanico calañés cuesta dos cuartos o tres. Aprendiz de muchos oficios, maestro de maldita cosa. Albarcas, borona y mujer, cerca de casa están bien. Albarcas y coladores, de abedul son las mejores. A bodas y niño bautizado, no vayas sin ser llamado. Abogadito nuevo, perdido el pleito. Abril frío, poco pan y mucho vino. A caballo regalado no le mires el dentado. A cada puerta, su dueña. A casa de tu tía, mas no cada día. A casas viejas, puertas nuevas. A cautela, cautela y medio. A comer, sé tú el primero; a pelear ni el postrero. A chica cama, échate en medio. A dineros dados, brazos quebrados. A falta de pan, buenas son tortas. Abracijos no hacen hijos, pero son preparatijos. Abrazo flojo, amor poco; abrazo apretado, ése sí que es abrazo. ¡A buena hora mangas verdes! A buen entendedor, pocas palabras. A cada cual lo suyo, y a Dios lo de todos. A cada pajarillo le gusta su nidillo. A cada pez le llega su vez. Acá y allá, Dios dirá. Aceite y romero frito, bálsamo bendito. A cena de vino, desayuno de agua. A cuenta de los gitanos hurtan muchos castellanos. Acuérdate, nuera, de que serás suegra. Acuérdate, suegra, de que fuiste nuera. A Dios rogando y con el mazo dando. Adonde las dan, allí las toman. ¿Adonde vas, Vicente? Adonde va la gente. A enemigo que huye, golpe de gracia. A falta de gallina, bueno es caldo de habas. A grandes males, grandes remedios. A gran pecado, gran misericordia. Agua estancada, agua envenenada. Agua fría y pan caliente mata a la gente. Agua mansa, traidora y falsa. Agua, poca, y jamón, hasta la boca. Agua pasada no mueve molino. Agua que huele, no la bebas. Agua que no has de beber, déjala correr. A hoy, lo veo; en mañana, poco creo. Ajos, de Quero, y berenjenas de Toledo. A la buena mujer, poco freno basta. A la cama no te irás sin saber una cosa más. A la fuerza, no hay razón que la venza. Agua de mayo, pan para todo el año. Agua de mayo, vale para todo el año. A la hija muda, su madre la entiende. A la luz de la tea no hay mujer fea. A la mesa me senté, y aunque no comí, escoté. Al amo que honra, el criado bien le sirve. A la mujer casada, el marido le basta. A la mujer muy casera, el marido bien la quiera. A la mujer y al aguardiente, ¡de repente! A la mujer y al ladrón, quitarles la ocasión. A la puta y al barbero, nadie los quiere viejos. A la que bien baila, poco son le basta. A la que quiere ser mala, poco aprovecha guardarla. A la que tenga más de treinta, no la pretendas. A las diez en la cama estés; si puede ser antes, que no sea después. Al bueno buscarás y del malo te apartarás. Al buen segador, nunca se le olvida la hoz. Alcalde, ni de balde. Al desagradecido, desprecio y olvido. Al desdén, con el desdén. Al diablo y a la mujer nunca les falta que hacer. Alegría no comunicada, alegría malograda. Alegrías y pesares te vendrán sin que los buscares. Al fregar de los platos sólo acuden los mentecatos. Algo busca en tu casa quien te hace visitas largas. «Algo es algo», dijo un calvo. Y se encontró un peine sin púas. «Algo es algo». Y roía la correa el galgo. Algo es mierda, pues estercola la tierra. Al hombre de trato llano, gusta darle la mano. Al hombre se le mide de cejas arriba. Al malo lo mejora el palo. Al mal pagador, plazo corto. Al mejor nadador se lo lleva el río. Al miserable y al pobre todo les cuesta el doble. A lo hecho pecho. A lo que has de negarte, niégate cuanto antes. A lo que no puede ser, paciencia. A los locos se les da la razón. A los tuyos, con razón o sin ella. Al perro flaco todo son pulgas. A los hombres, querellos; pero que no lo sepan ellos. A los tontos y porfiados, la mejor bofetada es dejarlos. A los treinta doncellez, muy rara vez. Al papel y a la mujer hasta el culo se le ha de ver. Al partir las tierras, cata los hermanos en guerra. Al perro échale un hueso, y amansará con eso. Al que no fuma ni bebe vino, le huele la boca a niño. Al que nunca bebe vino no le fíes ni un comino. Al revés te lo digo, para que me entiendas. Al saber le llaman suerte. Al sonar el pedo, sólo queda un rostro serio. Al son que te tañan, a ése baila. Allí estaba quien lo vio, pero no era yo. A maestro de espada, aprendiz de pistola. A malos tragos, buenos tragos. A mal tiempo, buena cara. Amante atrevido, de la amada más querido. Amar es tiempo perdido, si no se es correspondido. A marido ausente, amigo presente. A más amor, más pudor. A más años, más pecados. A más beber, menos comer. A más doctores, más dolores. A más no poder, acuéstome con mi mujer. A más oro, menos reposo. A más vivir, más sufrir. Ambicioso subido, pronto caído. Amigos verdaderos, un palo y un perro. Amistad con todos; confianza con pocos. Amistades lisonjeras, no las quieras. Amistad que dice «no», amistad que se perdió. A mocedad viciosa, vejez penosa. Amor, amor, malo al principio y al fin peor. Amor con amor se cura. Amor con amor se paga, y lo demás, con dinero. Amor de madre, ni la nieve le hace enfriarse. Amor de mujer y halago de can no darán si no les dan. Amor de niña, agua en cestilla. Amor de puta y vino de frasco, a la noche gustosos y a la mañana dan asco. Amor de vieja, si es que se toma, presto se deja. Amores, dolores y dineros no pueden estar secretos. Amores queridos han de ser reñidos. Amor loco, si ella es mucho y tú eres poco. Amorosos juramentos, se los lleva el viento. Amor, viento y ventura poco duran. Amor y dinero nunca fueron compañeros. Amor y viento, por uno que se va vienen ciento. A mucho hablar, poco acertar. A mucho hablar, poco obrar. A nadie has de decir cuánto tienes, dónde lo tienes ni adonde piensas ir. A nadie le amarga un dulce, aunque tenga otro en la boca. A nadie la parece poco lo que da, ni mucho lo que tiene. Andando se quita el frío. Andaluz con dinero y gallego con mando, ya estoy temblando. Andar, andar, que el rabo está por desollar. Andaos a reinas y moriréis virgen. Andar bien vestida hace a la moza garrida. Andar derecho y mucho beber no puede ser. Andar probando, como cuchillo de melonero. Ándeme yo caliente y ríase la gente. Angelitos al cielo, y a la panza los buñuelos. A ninguno le hiede su mierda, sino la ajena. A no poder, en balde es querer. Ante el menesteroso no te muestres dichoso. Antes cabeza de ratón que cola de león. Antes de decir de otro «cojo es», mírate tú los pies. Antes de hacer bondades, mira a quien se las haces. Antes de hacer nada, consúltalo con la almohada. Antes de mil años, todos seremos calvos. Antes di que digan de ti. Antes huir que morir. Antes fiarás del terrón que del señor. Antes muerte que vergüenza. Antes mujer de un pobre que manceba de un conde. Antes que armas tomar, todo se ha de tentar. Antes toman al mentiroso que al cojo. Antes verdugo que ahorcado. A nuevos tiempos, usos nuevos. Año bisiesto, año siniestro. Año de almendras, año de mierda. Año de nieves, año de bienes. Año de nieves, año de aceite. Año bisestil y año de pares, año de azares. Año bisestil, año vil. Año bisiesto, o hambre o peste. Año bisiesto, entre el hambre en el cesto. Año bisiesto, pocos huevos en el cesto. Año bisiesto todas las frutas caben en un cesto. Año bisiesto, vende la hoja y quema el cesto. Año bisiesto, ni cuba ni cesto. Año bisiesto, ni viña ni huerto. Año de pares, año de pesares Año de pares, año de novedades. Año tardío, año medio vacío. Años y vidas componen villas. Año y vida aumentan familia. Año y vida pueblan villa. Años de nones son los mejores. Años de nones son lo que llenan los trojes. Años de nones, muchos montones. Años y trabajo ponen el pelo blanco. A otro perro con ese hueso. A palabras necias oídos sordos. A piloto diestro, no hay mar siniestro. A poca oferta, buena demanda. SEGUIRÁ

22 de noviembre

  Deirdre frunció el entrecejo. —No al «Traiga y Compre» de Nochebuena —dijo—. Fue al anterior… al de la Fiesta de la Cosecha. —La Fiesta de...