LA CIGÜEÑA
Cuando niño, sabías que la cigüeña tenía su deber de ama de casa: majar el ajo, desnudarse quizás sus medias rojas, amonestar a sus polluelos. Traía en sus alas el polvo y la canícula ardorosa del África, y visiones de harenes, cocodrilos, faraones, el desierto punteado en su arena por los signos de las patas de cabra, recursos a la luna, ajorcas, faz, tanta blancura, y teología islámica.
Era tu lección de geografía.
El tiempo de Eurídice (1996) de José Jiménez Lozano (1930 - 2020)