—¿Entonces eres feliz, Grip?
—¿Quieres que lo sea? Sí. Yo soy…
—Tú eres un animal.
Y Bob se alejó haciendo un gesto significativo.
La verdad es que Grip no vivía, pues no es vivir pasar el tiempo dándose de cabezadas por su partida, puesto que no se decidía a quedarse. Así llegó el 22 de junio.
Durante esta nueva ausencia de Grip, la casa Little boy realizó cierto negocio, aprobado por mister O’Brien, que debía reportar grandes beneficios; se trataba de un juguete que un inventor acababa de fabricar y del que Hormiguita adquirió la exclusiva. Este juguete tuvo tanto más furor, por ser la casa Little boy and Co., es decir nuestros dos jóvenes, los que habían monopolizado la venta.