2 de julio
La excursión a Aigua Xellida me ha hecho pensar en Begur. Es un pueblo que me gusta. Desde el punto de vista popular, Begur es la quintaesencia de Palafrugell, la realización completa de Palafrugell —un pueblo de gente libre, desorganizada y primigenia. Uno de los personajes del pueblo es mi viejo amigo Brincs. Su historia es muy sencilla.
Pere Brincs llega a la barraca de la viña con el sol alto. Abre la puerta de par en par y, mientras cuelga el zurrón de un clavo y deja el bastón detrás de la puerta, bate palmas.
Salen cuatro gallinas alborotadas, hay un gran batiburrillo de alas ante el sol, una pelusa de pluma se le queda colgada del bigote.
—Pitas, pitas, pitas…
Pere Brincs tiene cuatro gallinas en la viña por aquello de darle color.