Cómo Dios se adapta a la pequeñez del hombre
Una luz perenne debía lucir en el Tabernáculo. El ojo humano tiene blanco y negro: y gracias a esto ve. Y Dios, que es todo luz, ¿puede tener necesidad de la luz humana? Pero esto fue dispuesto no por necesidad de Dios, sino por decoro del hombre.
El hombre enciende una luz con otra luz; pero no enciende una luz con las tinieblas. Dios, que de las tinieblas saca la luz, ¿puede tener necesidad de la luz humana?
Rafael Cansinos Assens (traductor)
BELLEZAS DEL TALMUD
(ANTOLOGÍA HEBRAICA)
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