LA DEMANDA DEL SANTO GRAAL - Cómo Un Criado Trajo Al Rey Las Nuevas De La Espada Del Escalón (5/...)
Mientras hablaban así entró un criado, que dijo al rey: «Señor, os traigo noticias muy maravillosas.» «¿Cuáles?, pregunta el rey; dímelas pronto.» «Señor, ahí abajo, al pie de vuestro palacio, hay un gran escalón y he visto cómo flotaba por encima del agua. Venid a verlo, pues sé que es éste un acontecimiento sorprendente.» Desciende el rey para contemplar esta maravilla y lo mismo hacen todos los demás. Al llegar al río, se encuentran el escalón de mármol rojo sobre el agua; encima del escalón estaba clavada una espada que parecía muy hermosa y rica y en cuya cruz, que estaba hecha con una piedra preciosa, había algo escrito con letras de oro y con gran perfección. Los nobles miraron las letras que decían: «NADIE ME SACARA DE AQUI, A NO SER AQUEL DE CUYO COSTADO DEBO COLGAR. ESE SERA EL MEJOR CABALLERO DEL MUNDO».
Cuando el rey ve estas letras dice a Lanzarote: «Buen señor, en legítima justicia, esta espada os corresponde, pues bien sé que sois el mejor caballero del mundo.» Avergonzado, responde: «Ciertamente, señor, ni ella me corresponde ni yo tendría el valor ni el atrevimiento de tocarla, pues de ninguna forma soy digno ni merecedor de tomarla; por eso; me abstendré y no la tocaré: sería una locura si pretendiera hacerme con ella.» «De todas formas -dice el rey-, intentaréis sacarla.» «Señor -contesta-, no lo haré: bien sé que cualquiera que intente hacerlo y no lo logre será castigado con alguna herida.» «Y vos, ¿qué sabéis?» -le dice el rey-. «Señor -le vuelve a responder-, bien lo sé, y, además, os digo otra cosa: quiero que sepáis que en el día de hoy comenzarán las grandes aventuras y las grandes maravillas del Santo Graal.»
Mientras hablaban así entró un criado, que dijo al rey: «Señor, os traigo noticias muy maravillosas.» «¿Cuáles?, pregunta el rey; dímelas pronto.» «Señor, ahí abajo, al pie de vuestro palacio, hay un gran escalón y he visto cómo flotaba por encima del agua. Venid a verlo, pues sé que es éste un acontecimiento sorprendente.» Desciende el rey para contemplar esta maravilla y lo mismo hacen todos los demás. Al llegar al río, se encuentran el escalón de mármol rojo sobre el agua; encima del escalón estaba clavada una espada que parecía muy hermosa y rica y en cuya cruz, que estaba hecha con una piedra preciosa, había algo escrito con letras de oro y con gran perfección. Los nobles miraron las letras que decían: «NADIE ME SACARA DE AQUI, A NO SER AQUEL DE CUYO COSTADO DEBO COLGAR. ESE SERA EL MEJOR CABALLERO DEL MUNDO».
Cuando el rey ve estas letras dice a Lanzarote: «Buen señor, en legítima justicia, esta espada os corresponde, pues bien sé que sois el mejor caballero del mundo.» Avergonzado, responde: «Ciertamente, señor, ni ella me corresponde ni yo tendría el valor ni el atrevimiento de tocarla, pues de ninguna forma soy digno ni merecedor de tomarla; por eso; me abstendré y no la tocaré: sería una locura si pretendiera hacerme con ella.» «De todas formas -dice el rey-, intentaréis sacarla.» «Señor -contesta-, no lo haré: bien sé que cualquiera que intente hacerlo y no lo logre será castigado con alguna herida.» «Y vos, ¿qué sabéis?» -le dice el rey-. «Señor -le vuelve a responder-, bien lo sé, y, además, os digo otra cosa: quiero que sepáis que en el día de hoy comenzarán las grandes aventuras y las grandes maravillas del Santo Graal.»
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