31 enero 2023
30 enero 2023
29 enero 2023
28 enero 2023
TRECE LINEAS (más o menos). 17 de 365
ERA un dragón, una sierpe, una salamandra, un monstruo hórrido, difícil de clasificar, con una corona de tres picos en la cabeza y un dedo de su mano derecha en los labios como para imponer silencio. ¿A quién? No lo sabemos.
Este dragón se hallaba encaramado sobre el mundo, una bola de hierro negra, sujeta en un vástago y tenía la humorada de señalar el Norte y el Sur, el Este y el Oeste, cosa no difícil de comprender si se añade que el grifo, basilisco o dragón, formaba parte de un pequeño y simpático artefacto que llamamos veleta.
Esta veleta coronaba la torre de la casa solariega de un pueblo labortano.
Era un monstruo rabioso, aquel monstruo indefinido que dominaba su mundo, un monstruo rechinador, malhumorado, que giraba desde hacía muchos años, no sabía cuántos, en la vieja torre de Ustaritz que tenía Gastizar por nombre.
Sus garras amenazaban alternativamente a los cuatro puntos cardinales, de su boca salían llamas que por arte mágico se convertían en una flecha, sus orejas estaban atentas a todo cuanto se hablaba y se murmuraba en el pueblo.
27 enero 2023
TRECE LINEAS (más o menos). 16 de 365
SOBRE EL HIPOPÓTAMO Y EL COCODRILO (creaciones sublimes de Dios)
15 Contempla ahora a Behemot;
es mi criatura, como tú;
se alimenta de hierba, como el buey.
16 Fíjate en la fuerza de sus lomos,
en el vigor de los músculos del vientre;
17 empina su cola como un cedro,
se traban los nervios de sus muslos;
18 sus huesos son tubos de bronce,
sus miembros son barras de hierro.
19 Es la obra maestra de Dios,
su Hacedor lo amenazó con la espada.
20 Los montes le pagan su tributo,
junto a él retozan las bestias.
21 Se tumba debajo de los lotos,
oculto en el carrizal de la marisma;
22 los lotos lo cubren con su sombra,
los sauces del río lo protegen.
23 No teme que el río se desborde,
que un Jordán espumee en su hocico.
24 ¡A ver quién lo atrapa si él lo advierte,
o le perfora la nariz con ganchos!
25 ¿Pescarías con anzuelo a Leviatán?,
¿sujetarías su lengua con cuerdas?
26 ¿Le pasarías un cordel por la nariz?,
¿traspasarías su mandíbula con garfios?
27 ¿Te vendría con súplicas insistentes?,
¿te aplacaría con suaves palabras?
28 ¿Firmaría un contrato contigo,
para ser tu siervo de por vida?
29 ¿Jugarías con él como con un pájaro?,
¿lo atarías para diversión de tus hijas?
30 ¿Podrían subastarlo los pescadores
o ponerlo en venta los mercaderes?
31 ¿Le acribillarías la piel con arpones,
la cabeza con artes de pesca?
32 ¡Si le pones la mano encima,
no querrás recordar la batalla!
Capítulo 41
1 La esperanza de atraparlo es ilusoria;
su sola presencia aterra;
2 ¡nadie intentaría provocarlo!
¿Quién resistirá frente a él?
3 ¿Quién fue hacia él impunemente?
¡Nadie bajo el cielo!
4 Tendré que hablar también de su arrogancia,
de su palabra firme y su alegato.
5 ¿Quién atravesó su envoltura
y penetró por su doble coraza?
6 ¿Quién abrió las puertas de sus fauces,
rodeadas de dientes espantosos?
7 Su lomo son hileras de escudos,
bien apretados y sellados;
8 sus piezas tan unidas y trabadas
que ni el aire se filtra entre ellas;
9 se sueldan unas con otras,
formando un sólido bloque.
10 Su estornudo emite destellos,
sus ojos parpadean como el alba.
11 Sus fauces escupen antorchas,
emiten chispas de fuego;
12 de sus narices sale una humareda,
como caldero que hierve atizado;
13 su aliento enciende carbones,
expulsa llamas por su boca.
14 Su fuerza reside en su cuello,
ante él se estremece el espanto.
15 Son compactos los repliegues de su carne;
soldados al cuerpo, ni se mueven.
16 Su corazón es duro como roca,
resistente como piedra molar.
17 Su majestad espanta a los dioses,
al oír su estrépito retroceden.
18 No valen espadas contra él,
ni dardo, lanza o jabalina.
19 El hierro le resulta paja,
madera podrida el bronce.
20 No hay flecha que le haga escapar,
las piedras de la honda son tamo.
21 Tamo le parece el mazo,
se burla del venablo que vibra.
22 Su vientre son lastras afiladas,
que arrastra como trillo por el lodo.
23 Hace hervir el fondo como olla,
convierte el mar en pebetero.
24 A su espalda deja un surco luminoso,
una blanca cabellera en el abismo,
25 Nadie se le iguala en la tierra,
pues es criatura sin miedo.
26 Se enfrenta a todo lo arrogante,
es el rey de todas las bestias».
es mi criatura, como tú;
se alimenta de hierba, como el buey.
16 Fíjate en la fuerza de sus lomos,
en el vigor de los músculos del vientre;
17 empina su cola como un cedro,
se traban los nervios de sus muslos;
18 sus huesos son tubos de bronce,
sus miembros son barras de hierro.
19 Es la obra maestra de Dios,
su Hacedor lo amenazó con la espada.
20 Los montes le pagan su tributo,
junto a él retozan las bestias.
21 Se tumba debajo de los lotos,
oculto en el carrizal de la marisma;
22 los lotos lo cubren con su sombra,
los sauces del río lo protegen.
23 No teme que el río se desborde,
que un Jordán espumee en su hocico.
24 ¡A ver quién lo atrapa si él lo advierte,
o le perfora la nariz con ganchos!
25 ¿Pescarías con anzuelo a Leviatán?,
¿sujetarías su lengua con cuerdas?
26 ¿Le pasarías un cordel por la nariz?,
¿traspasarías su mandíbula con garfios?
27 ¿Te vendría con súplicas insistentes?,
¿te aplacaría con suaves palabras?
28 ¿Firmaría un contrato contigo,
para ser tu siervo de por vida?
29 ¿Jugarías con él como con un pájaro?,
¿lo atarías para diversión de tus hijas?
30 ¿Podrían subastarlo los pescadores
o ponerlo en venta los mercaderes?
31 ¿Le acribillarías la piel con arpones,
la cabeza con artes de pesca?
32 ¡Si le pones la mano encima,
no querrás recordar la batalla!
Capítulo 41
1 La esperanza de atraparlo es ilusoria;
su sola presencia aterra;
2 ¡nadie intentaría provocarlo!
¿Quién resistirá frente a él?
3 ¿Quién fue hacia él impunemente?
¡Nadie bajo el cielo!
4 Tendré que hablar también de su arrogancia,
de su palabra firme y su alegato.
5 ¿Quién atravesó su envoltura
y penetró por su doble coraza?
6 ¿Quién abrió las puertas de sus fauces,
rodeadas de dientes espantosos?
7 Su lomo son hileras de escudos,
bien apretados y sellados;
8 sus piezas tan unidas y trabadas
que ni el aire se filtra entre ellas;
9 se sueldan unas con otras,
formando un sólido bloque.
10 Su estornudo emite destellos,
sus ojos parpadean como el alba.
11 Sus fauces escupen antorchas,
emiten chispas de fuego;
12 de sus narices sale una humareda,
como caldero que hierve atizado;
13 su aliento enciende carbones,
expulsa llamas por su boca.
14 Su fuerza reside en su cuello,
ante él se estremece el espanto.
15 Son compactos los repliegues de su carne;
soldados al cuerpo, ni se mueven.
16 Su corazón es duro como roca,
resistente como piedra molar.
17 Su majestad espanta a los dioses,
al oír su estrépito retroceden.
18 No valen espadas contra él,
ni dardo, lanza o jabalina.
19 El hierro le resulta paja,
madera podrida el bronce.
20 No hay flecha que le haga escapar,
las piedras de la honda son tamo.
21 Tamo le parece el mazo,
se burla del venablo que vibra.
22 Su vientre son lastras afiladas,
que arrastra como trillo por el lodo.
23 Hace hervir el fondo como olla,
convierte el mar en pebetero.
24 A su espalda deja un surco luminoso,
una blanca cabellera en el abismo,
25 Nadie se le iguala en la tierra,
pues es criatura sin miedo.
26 Se enfrenta a todo lo arrogante,
es el rey de todas las bestias».
Anónimo
Libro de Job
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