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01 noviembre 2025

Qué bien me parecéis, jarcias y entenas,

AGRADECE, EN ALEGORÍA CONTINUADA, A SUS TRABAJOS SU DESENGAÑO Y SU ESCARMIENTO.

SONETO

¡Qué bien me parecéis, jarcias y entenas,
vistiendo de naufragios los altares,
que son peso glorioso a los pilares
que esperé ver tras mi destierro apenas!

Símbolo sois de ya rotas cadenas
que impidieron mi vuelta, en largos mares;
mas bien podéis, santísimos lugares,
agradecer mis votos en mis penas.

No tanto me alegrárades con hojas
en los robres antiguos, remos graves,
como colgados en el templo y rotos.

Premiad con mi escarmiento mis congojas;
usurpe al mar mi nave muchas naves;
débanme el desengaño los pilotos.

[Parnaso, 83. b]

Francisco de Quevedo y Villegas
Poemas metafísicos

11 octubre 2025

Huye sin percibirse, lento, el día,

ARREPENTIMIENTO Y LÁGRIMAS DEBIDAS AL ENGAÑO DE LA VIDA

SONETO

 

Huye sin percibirse, lento, el día,
y la hora secreta y recatada
con silencio se acerca, y, despreciada,
lleva tras sí la edad lozana mía.

La vida nueva, que en niñez ardía,
la juventud robusta y engañada,
en el postrer invierno sepultada,
yace entre negra sombra y nieve fría.

No sentí resbalar, mudos, los años;
hoy los lloro pasados, y los veo
riendo de mis lágrimas y daños.

Mi penitencia deba a mi deseo,
pues me deben la vida mis engaños,
y espero el mal que paso, y no le creo.

 

[Parnaso, 82, b]

Francisco de Quevedo y Villegas

06 octubre 2025

Si no temo perder lo que poseo,

 PREVENCIÓN PARA LA VIDA Y PARA LA MUERTE

 SONETO

Si no temo perder lo que poseo,
ni deseo tener lo que no gozo,
poco de la Fortuna en mí el destrozo
valdrá, cuando me elija actor o reo.

Ya su familia reformó el deseo;
no palidez al susto, o risa al gozo
le debe de mi edad el postrer trozo,
ni anhelar a la Parca su rodeo.

Sólo ya el no querer es lo que quiero;
prendas de la alma son las prendas mías;
cobre el puesto la muerte, y el dinero.

A las promesas miro como a espías;
morir al paso de la edad espero:
pues me trujeron, llévenme los días.

 

[Parnaso, 82. a]

Francisco de Quevedo y Villegas
Poemas metafísicos

20 septiembre 2025

¿Qué otra cosa es verdad sino pobreza en esta vida frágil y liviana?

 
REPITE LA FRAGILIDAD DE LA VIDA, Y SEÑALA SUS ENGAÑOS Y SUS ENEMIGOS
 
SONETO
 
¿Qué otra cosa es verdad sino pobreza
en esta vida frágil y liviana?
Los dos embustes de la vida humana,
desde la cuna, son honra y riqueza.
 
El tiempo, que ni vuelve ni tropieza,
en horas fugitivas la devana;
y, en errado anhelar, siempre tirana,
la fortuna fatiga su flaqueza.
 
Vive muerte callada y divertida
la vida misma; la salud es guerra
de su proprio alimento combatida.
 
¡Oh, cuánto, inadvertido, el hombre yerra:
que en tierra teme que caerá la vida,
y no ve que, en viviendo, cayó en tierra!
 
[Parnaso, 80, b]
 
Francisco de Quevedo y Villegas
Poemas metafísicos

17 septiembre 2025

¡Fue sueño ayer, mañana será tierra!

 SIGNIFÍCASE LA PROPIA BREVEDAD DE LA VIDA, SIN PENSAR, Y CON PADECER, SALTEADA DE LA MUERTE.

¡Fue sueño ayer, mañana será tierra!
¡poco antes nada, y poco después humo!
¡y destino ambiciones y presumo,
apenas punto al cerco que me cierra!

Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa soy peligro sumo:
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.

Ya no es ayer, mañana no ha llegado,
hoy pasa y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento,
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.

[Parnaso,63, b]

Francisco de Quevedo y Villegas
Poemas metafísicos


Francisco de Quevedo y Villegas nació el 14 de septiembre de 1580 en Madrid y falleció el 8 de septiembre de 1645 en Villanueva de los Infantes. Fue un destacado escritor español del Siglo de Oro, conocido por su aguda sátira y su dominio del conceptismo.
Desde joven, Quevedo estuvo en contacto con el ambiente político y cortesano debido a los altos cargos que desempeñaban sus padres en la corte. Estudió en el colegio imperial de los jesuitas y en las Universidades de Alcalá de Henares y de Valladolid. En 1613, acompañó al duque de Osuna a Sicilia como secretario de Estado y participó en intrigas diplomáticas entre las repúblicas italianas.
A lo largo de su vida, Quevedo sufrió varios destierros y encarcelamientos debido a sus actividades políticas y sus escritos críticos. Fue caballero de la Orden de Santiago a partir de 1618 y señor de Torre de Juan Abad desde 1620.

Como literato, Quevedo cultivó todos los géneros literarios de su época. Escribió sonetos satíricos y burlescos, así como graves poemas en los que expuso su pensamiento barroco. Su obra ha dejado una huella imborrable en la historia de la literatura española.