SIGNIFÍCASE
LA PROPIA BREVEDAD DE LA VIDA, SIN PENSAR, Y CON PADECER, SALTEADA DE LA
MUERTE.
¡Fue sueño ayer, mañana será tierra!
¡poco antes nada, y poco después humo!
¡y destino ambiciones y presumo,
apenas punto al cerco que me cierra!
Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa soy peligro sumo:
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.
Ya no es ayer, mañana no ha
llegado,
hoy pasa y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.
Azadas son la hora y el momento,
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.
[Parnaso,63,
b] Francisco de Quevedo y Villegas Poemas metafísicos
Francisco de Quevedo y Villegas nació el 14 de septiembre de 1580 en Madrid y falleció el 8 de septiembre de 1645 en Villanueva de los Infantes. Fue un destacado escritor español del Siglo de Oro, conocido por su aguda sátira y su dominio del conceptismo. Desde joven, Quevedo estuvo en contacto con el ambiente político y cortesano debido a los altos cargos que desempeñaban sus padres en la corte. Estudió en el colegio imperial de los jesuitas y en las Universidades de Alcalá de Henares y de Valladolid. En 1613, acompañó al duque de Osuna a Sicilia como secretario de Estado y participó en intrigas diplomáticas entre las repúblicas italianas. A lo largo de su vida, Quevedo sufrió varios destierros y encarcelamientos debido a sus actividades políticas y sus escritos críticos. Fue caballero de la Orden de Santiago a partir de 1618 y señor de Torre de Juan Abad desde 1620.
Como literato, Quevedo cultivó todos los géneros literarios de su época. Escribió sonetos satíricos y burlescos, así como graves poemas en los que expuso su pensamiento barroco. Su obra ha dejado una huella imborrable en la historia de la literatura española. |