Más caro que el salmón de Alagón
Así suele decirse para ponderar el precio exorbitante de una cosa. Algunos dicen, impropiamente, Más caro que el salmón de Aragón.Su origen es el siguiente. Se cuenta que hace siglos, al pasar por el pueblo de Alagón (provincia de Zaragoza) un arriero que conducía una carga de salmones con destino a la citada capital (algunos dicen que con destino a la mesa del rey), consiguieron, amenazando de muerte al arriero, que este les vendiese una arroba, alegando que la pagarían al mismo precio que la pagasen en Zaragoza, porque ellos no eran menos que los de la capital.
Enterado del caso el regidor perpetuo de Zaragoza, hombre rico y de buen humor, tasó, como era costumbre entonces, el valor del pescado, y dio al arriero testimonio de habérselo comprado a razón de onza de oro por onza de pescado, con lo cual, los vecinos de Alagón tuvieron que pagar por la arroba de salmón «requisada» la friolera de 138.240 reales.
Conozco varias versiones de este episodio, coincidentes todas ellas en lo esencial: la de Pardo Asso en su Nuevo diccionario etimológico aragonés (Zaragoza, 1938); la de Vergara Martín en su Diccionario geográfico popular; la del brigadier Nogués, en El Averiguador Universal, n.º 75, de 15 de febrero de 1882; la de Sbarbi en su Gran diccionario de refranes (p. 878) y, finalmente, la más extensa, que publicó Vicente de la Fuente en el Semanario Pintoresco Español, n.º 24, de 12 de junio de 1842.