1
Season of mists and mellow fruitfulness,
Glose bosom-friend of the maturing sun;
Conspiring with him how to load and bless
With fruit the vines that round the thatch-eves run;
To bend with apples the moss'd cottage-trees,
And fill all fruit with ripeness to the core;
To swell the gourd, and plump the hazel shells
With a sweet kernel; to set budding more,
And still more, later flowers for the bees,
Until they think warm days will never cease,
For Summer has o'er-brimm'd their clammy cells.
2
Who hath not seen thee oft amid thy store?
Sometimes whoever seeks abroad may find
Thee sitting careless on a granary floor,
Thy hair soft-lifted by the winnowing wind;
Or on a half-reap'd furrow sound asleep,
Drows'd with the fume of poppies, while thy hook
Spares the next swath and all its twined flowers:
And sometimes like a gleaner thou dost keep
Steady thy laden head across a brook;
Or by a cyder-press, with patient look,
Thou watchest the last oozings hours by hours.
3
Where are the songs of Spring? Ay, where are they?
Think not of them, thou hast thy music too,-
While barred clouds bloom the soft-dying day.
And touch the stubble-plains with rosy hue;
Then in a wailful choir the small gnats mourn
Among the river sallows, borne aloft
Or sinking as the light wind Uves or dies;
And full-grown lambs loud bleat from hilly bourn;
Hedge-crickets sing; and now with treble soft
The red-breast whistles from a garden croft;
And gathering swallows twitter in the skies.
John Keats
1
Estación de la bruma y de la dulce abundancia,
íntima amiga del sol que todo lo madura;
que planeas con él cómo cargar y bendecir
con frutos las vides que rodean los aleros;
cómo inclinar con manzanas los árboles musgosos
y hacer que los frutos hasta el corazón maduren;
cómo hinchar la calabaza y con dulce grano
rellenar las avellanas; cómo abrir más y más
las últimas flores para las abejas hasta que crean
que nunca tendrán fin los días calurosos
pues colmó el Verano sus pegajosas celdas.
2
¿Quién en tu abundancia no te ha visto a menudo?
Quien busque afuera a veces puede hallarte
sentado ociosamente en el piso de un granero
mientras mece suavemente el viento tus cabellos;
o al aire de amapolas dormido sobre un surco
aún no segado, mientras aplaza tu hoz
el próximo haz con todas sus flores;
y a veces como una espigadora mantienes erguida
la cargada cabeza al pasar el arroyo;
o en el lagar de sidra, con paciente mirada,
contemplas los zumos por venir, horas y horas.
3
¿Dónde están los cantos de la Primavera? Ay, ¿Dónde?
No pienses en ellos, que tú tienes tu música.
Mientras florecen las nubes en el día que muere
y rozan los rastrojos con su halo rosáceo,
entre los sauces del río en coro dolorido
se quejan los mosquitos y van y vienen
según se va la brisa o reaparece;
y balan en las colinas con fuerza los corderos,
cantan los grillos en el seto, con dulce trino
silba el petirrojo en el jardín cercado
y bandadas de golondrinas se agitan en el cielo.
Traducción Ángel Rupérez
(Edición bilingüe de LÍRICA INGLESA DEL SIGLO XIX)
VER: OTRA TRADUCCIÓN
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