31 octubre 2007
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26 octubre 2007
25 octubre 2007
24 octubre 2007
What though the radiance which was once so bright de WILLIAM WORDSWORTH
...aunque el resplandor que brilló tanto un día
esté ahora para siempre lejos de mis ojos,
aunque nada pueda devolverme el instante
del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores,
en vez de llorar, saquemos fortaleza de todo lo que vimos,
de esa primordial simpatía
que existió entonces y siempre existirá;
del pensamiento en calma que surge
del sufrimiento humano,
de la fe que es capaz de mirar a través de la muerte
y de los años que forjan la mentalidad meditativa.
.............................................
What though the radiance which was once so bright
Be now for ever taken from my sight,
Though nothing can bring back the hour
Of splendour in the grass, of glory in the flower;
We will grieve not, rather find
Strength in what remains behind,
In the primal sympathy
Which having been must ever be,
In the soothing thoughts that spring
Out of human suffering,
In the faith that looks through death,
In years that bring the philosophic mind.
WILLIAM WORDSWORTH
(Edición y traducción de Ángel Rupérez)
esté ahora para siempre lejos de mis ojos,
aunque nada pueda devolverme el instante
del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores,
en vez de llorar, saquemos fortaleza de todo lo que vimos,
de esa primordial simpatía
que existió entonces y siempre existirá;
del pensamiento en calma que surge
del sufrimiento humano,
de la fe que es capaz de mirar a través de la muerte
y de los años que forjan la mentalidad meditativa.
.............................................
What though the radiance which was once so bright
Be now for ever taken from my sight,
Though nothing can bring back the hour
Of splendour in the grass, of glory in the flower;
We will grieve not, rather find
Strength in what remains behind,
In the primal sympathy
Which having been must ever be,
In the soothing thoughts that spring
Out of human suffering,
In the faith that looks through death,
In years that bring the philosophic mind.
WILLIAM WORDSWORTH
(Edición y traducción de Ángel Rupérez)
23 octubre 2007
22 octubre 2007
Camino a la laguna, camino al más allá
Juan Antonio Cebrian, periodista, escritor y director de "La Rosa de los Vientos" ha muerto víctima de un infarto a los 41 años de edad. Sirva esta foto como homenaje a su memoria.
21 octubre 2007
20 octubre 2007
19 octubre 2007
18 octubre 2007
17 octubre 2007
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13 octubre 2007
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11 octubre 2007
10 octubre 2007
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08 octubre 2007
07 octubre 2007
06 octubre 2007
05 octubre 2007
Echo de Christina Rossetti
ECHO
Come to me in the silence of the night;
Come in the speaking silence of a dream;
Come with soft rounded cheeks and eyes as bright
As sunlight on a stream;
Come back in tears,
O memory, hope, love of finished years.
Oh dream how sweet, too sweet, too bitter sweet,
Whose wakening should have been in Paradise,
Where souls brimfull of love abide and meet;
Where thirsting longing eyes
Watch the slow door
That opening, letting in, lets out no more.
Yet come to me in dreams, that I may live
My very life again though cold in death:
Come back to me in dreams, that I may give
Pulse for pulse, breath for breath:
Speak low, lean low,
As long ago, my love, how long ago!
ECO
Ven a mí en el silencio de la noche;
Ven en el locuaz silencio de un sueño;
ven con suaves mejillas y ojos tan brillantes
como la luz del sol sobre un arroyo.
Vuelve con lágrimas,
memoria, esperanza, amor de años pasados.
Oh dulce sueño, amargo y dulce sueño
que despertar debieras en el Paraíso
donde colma el amor las almas que allí habitan;
donde sedientos ojos que suspiran
miran la puerta abrirse lentamente,
dejando entrar pero jamás salir.
En sueños ven a mí para que pueda vivir
mi verdadera vida contra el frío de la muerte.
Vuelve a mí en sueños para que pueda dar
Come to me in the silence of the night;
Come in the speaking silence of a dream;
Come with soft rounded cheeks and eyes as bright
As sunlight on a stream;
Come back in tears,
O memory, hope, love of finished years.
Oh dream how sweet, too sweet, too bitter sweet,
Whose wakening should have been in Paradise,
Where souls brimfull of love abide and meet;
Where thirsting longing eyes
Watch the slow door
That opening, letting in, lets out no more.
Yet come to me in dreams, that I may live
My very life again though cold in death:
Come back to me in dreams, that I may give
Pulse for pulse, breath for breath:
Speak low, lean low,
As long ago, my love, how long ago!
ECO
Ven a mí en el silencio de la noche;
Ven en el locuaz silencio de un sueño;
ven con suaves mejillas y ojos tan brillantes
como la luz del sol sobre un arroyo.
Vuelve con lágrimas,
memoria, esperanza, amor de años pasados.
Oh dulce sueño, amargo y dulce sueño
que despertar debieras en el Paraíso
donde colma el amor las almas que allí habitan;
donde sedientos ojos que suspiran
miran la puerta abrirse lentamente,
dejando entrar pero jamás salir.
En sueños ven a mí para que pueda vivir
mi verdadera vida contra el frío de la muerte.
Vuelve a mí en sueños para que pueda dar
latido por latido, suspiro por suspiro.
Baja la voz, inclínate,
como entonces, amor mío, ¡hace ya tanto tiempo!
Baja la voz, inclínate,
como entonces, amor mío, ¡hace ya tanto tiempo!
De Christina Rossetti
Edición y traducción: Ángel Rupérez
Edición y traducción: Ángel Rupérez
04 octubre 2007
03 octubre 2007
02 octubre 2007
Al hombre. Poema de Vicente Aleixandre
¿POR qué protestas, hijo de la luz,
humano que transitorio en la tierra,
redimes por un instante tu materia sin vida?
¿De dónde vienes, mortal, que del barro has llegado
para un momento brillar y regresar después a tu apagada patria?
Si un soplo, arcilla finita, erige tu vacilante forma y calidad de dios tomas en préstamo,
no, no desafíes cara a cara a ese sol poderoso que fulge
y compasivo te presta cabellera de fuego.
Por un soplo celeste redimido un instante,
alzas tu incandescencia temporal a los seres.
Hete aquí luminoso, juvenil, perennal a los aires.
Tu planta pisa el barro del que ya eres distinto.
i Oh, cuan engañoso, hermoso humano que con testa de oro
el sol piadoso coronado ha tu frente!
¡Cuan soberbia tu masa corporal, diferente sobre la tierra madre,
que cual perla te brinda!
Mas mira, mira que hoy, ahora mismo, el sol declina tristemente en los montes.
Míralo rematar ya de pálidas luces,
de tristes besos cenizosos de ocaso
tu frente oscura. Mira tu cuerpo extinto cómo acaba en la noche.
Regresa tú, mortal, humilde, pura arcilla apagada,
a tu certera patria que tu pie sometía.
He aquí la inmensa madre que de ti no es distinta.
Y, barro tú en el barro, totalmente perdura.
humano que transitorio en la tierra,
redimes por un instante tu materia sin vida?
¿De dónde vienes, mortal, que del barro has llegado
para un momento brillar y regresar después a tu apagada patria?
Si un soplo, arcilla finita, erige tu vacilante forma y calidad de dios tomas en préstamo,
no, no desafíes cara a cara a ese sol poderoso que fulge
y compasivo te presta cabellera de fuego.
Por un soplo celeste redimido un instante,
alzas tu incandescencia temporal a los seres.
Hete aquí luminoso, juvenil, perennal a los aires.
Tu planta pisa el barro del que ya eres distinto.
i Oh, cuan engañoso, hermoso humano que con testa de oro
el sol piadoso coronado ha tu frente!
¡Cuan soberbia tu masa corporal, diferente sobre la tierra madre,
que cual perla te brinda!
Mas mira, mira que hoy, ahora mismo, el sol declina tristemente en los montes.
Míralo rematar ya de pálidas luces,
de tristes besos cenizosos de ocaso
tu frente oscura. Mira tu cuerpo extinto cómo acaba en la noche.
Regresa tú, mortal, humilde, pura arcilla apagada,
a tu certera patria que tu pie sometía.
He aquí la inmensa madre que de ti no es distinta.
Y, barro tú en el barro, totalmente perdura.
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