30 septiembre 2022
29 septiembre 2022
Si...
SI…
Si puedes mantener la cabeza en su sitio
cuando todos la pierden —y te culpan por ello—;
si confías en ti cuando los otros
desconfían —y les das la razón—;
si puedes esperar sin cansarte, si no
mientes cuando te vienen con mentiras
ni odias a los que te odian y, aún así,
no te las das de santo ni de sabio;
si sueñas, sin llegar a ser esclavo
de tus sueños; si piensas, pero no te conformas
con pensar; si te enfrentas al Triunfo y al Desastre
y das el mismo trato a esos dos impostores;
si soportas que tuerzan tus palabras
para embaucar con ellas a los tontos;
si se rompen las cosas a las que has dedicado
tu existencia y te agachas a rehacerlas;
si juntas todas tus ganancias para
jugártelas a cara o cruz, y pierdes,
y vuelves a empezar de nuevo, una vez más,
sin mencionar siquiera lo perdido;
y si tu corazón, tus músculos, tus nervios
cumplen incluso cuando ya no son
lo que eran, y resistes cuando ya no te queda
sino la voluntad de resistir;
si hablas con multitudes sin perder la honradez
y paseas con reyes sin perder la humildad:
si no pueden hacerte daño tus enemigos
—tampoco tus amigos— y todo el mundo cuenta
contigo —no en exceso—; si no desaprovechas
ni un segundo de cada minuto de carrera,
la tierra y cuanto en ella existe es para ti;
serás, en fin, lo que se dice un hombre.
POEMAS
Si puedes mantener la cabeza en su sitio
cuando todos la pierden —y te culpan por ello—;
si confías en ti cuando los otros
desconfían —y les das la razón—;
si puedes esperar sin cansarte, si no
mientes cuando te vienen con mentiras
ni odias a los que te odian y, aún así,
no te las das de santo ni de sabio;
si sueñas, sin llegar a ser esclavo
de tus sueños; si piensas, pero no te conformas
con pensar; si te enfrentas al Triunfo y al Desastre
y das el mismo trato a esos dos impostores;
si soportas que tuerzan tus palabras
para embaucar con ellas a los tontos;
si se rompen las cosas a las que has dedicado
tu existencia y te agachas a rehacerlas;
si juntas todas tus ganancias para
jugártelas a cara o cruz, y pierdes,
y vuelves a empezar de nuevo, una vez más,
sin mencionar siquiera lo perdido;
y si tu corazón, tus músculos, tus nervios
cumplen incluso cuando ya no son
lo que eran, y resistes cuando ya no te queda
sino la voluntad de resistir;
si hablas con multitudes sin perder la honradez
y paseas con reyes sin perder la humildad:
si no pueden hacerte daño tus enemigos
—tampoco tus amigos— y todo el mundo cuenta
contigo —no en exceso—; si no desaprovechas
ni un segundo de cada minuto de carrera,
la tierra y cuanto en ella existe es para ti;
serás, en fin, lo que se dice un hombre.
POEMAS
Rudyard Kipling
28 septiembre 2022
EL POETA es un fingidor
AUTOPSICOGRAFIA
1-4-1931
Finge tan enteramente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.Y quienes leen lo que escribe,
En el dolor leído sienten bien,
No los dos que el poeta tuvo,
Pero sólo el que ellos no tienen.Y así por las vías rueda
Gira, para entretener la razón,
Este tren de cuerda
Que se llama corazón.
Fernando Pessoa
Poemas
En traducción de:
Miguel Ángel Flores
Miguel Ángel Flores
27 septiembre 2022
VELAS. Constantino Kavafis
VELAS
Ante nosotros yérguense los días venideros
como fila de velas encendidas—
doradas, cálidas y vivas velitas.
Los días pasados atrás quedan,
triste fila de velas apagadas.
Las más cercanas aún despiden humo,
frías velas, derretidas, y torcidas.
No quiero verlas: me aflige su figura,
y me aflige recordar su luz primera.
Miro adelante mis velas encendidas.
No quiero volverme, por no ver con horror
cómo la fila oscura avanza rápida,
cómo los cirios apagados aumentan tan de prisa.
Ante nosotros yérguense los días venideros
como fila de velas encendidas—
doradas, cálidas y vivas velitas.
Los días pasados atrás quedan,
triste fila de velas apagadas.
Las más cercanas aún despiden humo,
frías velas, derretidas, y torcidas.
No quiero verlas: me aflige su figura,
y me aflige recordar su luz primera.
Miro adelante mis velas encendidas.
No quiero volverme, por no ver con horror
cómo la fila oscura avanza rápida,
cómo los cirios apagados aumentan tan de prisa.
C. P. Cavafis
Poemas
Traducción, prólogo y notas de Ramón Irigoyen
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