01 diciembre 2021
30 noviembre 2021
30 de noviembre
Es un escándalo que no te haya agradecido aún el barril anual de sidra, que siempre nos proporciona un placer excepcional.
LIBRERÍA ENCANTADA
163 Gissing Street, Brooklyn
30 de noviembre de 1918
Querido Andrew:
Es un escándalo que no te haya agradecido aún el barril anual de sidra, que siempre nos proporciona un placer excepcional. Este otoño me ha costado mucho poner en orden mis ideas, así que no he escrito ninguna carta. Como todo el mundo, no dejo de pensar en esta nueva y maravillosa paz que por fortuna ha regresado a nuestras vidas. Confío en que nuestros estadistas logren que sus decisiones redunden en beneficio de la humanidad. A veces creo que debería haber una conferencia de paz en la que participen sólo libreros, pues (te vas a reír) tengo la convicción de que la felicidad futura del mundo depende en no poca medida de los libreros y los bibliotecarios. Me pregunto cómo serán los libreros de Alemania.
He estado leyendo «La educación de Henry Adams» y ya me hubiera gustado que Adams viviera lo suficiente para darnos su opinión sobre esta guerra. Me temo en todo caso que se habría quedado estupefacto. Pensaba que éste no es un mundo «que las naturalezas sensibles y tímidas puedan mirar sin estremecerse.» ¿Qué habría dicho de estos cuatro años de horrores de los que hemos sido testigos con el corazón destrozado?
29 noviembre 2021
29 de noviembre
el atrio de la catedral de París fue el escenario de la ejecución del último gran maestre junto a otros 36 templarios
En 1309, desbordado por los acontecimientos y tras dos años de prisión, torturas e interrogatorios, un ya anciano maestro Jacques de Molay sucumbió a la presión de los oficiales del rey francés confesando que los templarios renegaban de la cruz de Jesucristo en las ceremonias de recepción de nuevos miembros. Esta declaración fue un extraordinario trofeo para Felipe IV que, a partir de entonces, ordenó enjuiciar a centenares de caballeros que fueron torturados y quemados en la hoguera acusados de herejía. El 12 de marzo de 1312 el Concilio de Vienne aprobó la disolución del Temple y, finalmente, el 18 de marzo de 1314, el atrio de la catedral de París fue el escenario de la ejecución del último gran maestre junto a otros 36 templarios. En sus últimos suspiros en la hoguera, Jacques de Molay lanzó una maldición sobre sus verdugos y esta no tardó en cumplirse: el 29 de noviembre de ese año pereció el rey de Francia Felipe IV el Hermoso a consecuencia de una caída de caballo, el traidor Esquin de Froylan murió apuñalado, el papa Clemente V falleció el 20 de abril de 1315 y el canciller real Guillermo de Nogaret, ejecutor de toda la trama, les siguió poco después. Coincidencia o no, Europa sufrió una cadena de calamidades enlazando malas cosechas, epidemias y hambrunas a lo largo del siglo XIV en lo que se ha conocido como la crisis bajomedieval. Desde entonces, bien por su trágico final o por las extrañas acusaciones de las que fueron víctimas, siempre ha rodeado a los templarios un halo de misterio que ha dado lugar a multitud de especulaciones y leyendas a menudo sin ningún tipo de fundamento.
David González Ruíz
Breve historia de las leyendas medievales
En esta obra se recopila la mejor selección de las leyendas medievales de las crónicas, los poemas y la tradición oral de toda Europa para relatarnos el verdadero trasfondo histórico de cada una de ellas. Así, permite conocer la historia real de aquellos hombres y mujeres que vivieron durante la Edad Media y cuyas hazañas extraordinarias los convirtieron en leyenda. Beowulf, el Cid, el rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda, Gala Placidia, William Wallace, Carlomagno, Juana de Arco, Ataulfo, santa Eulalia, Daciano, el obispo Maeloc… son solo algunos de los personajes que lograron destacarse en un periodo inestable, donde los ideales, el honor y el amor movían ejércitos y sellaban destinos. Agrupando por temas precisos como héroes y villanos, reinas y doncellas, el amor y el honor, las grandes batallas, los lugares y objetos sagrados y las sociedades y las sectas secretas la obra permite conocer de cerca esa época oscura llena de sucesos tan enigmáticos como fantásticos, cuyas huellas han llegado hasta la actualidad.
28 noviembre 2021
28 de noviembre
El método americano del relevo de la guardia era asimismo característico de la joven nación. A las diez debía ser relevada la primera guardia, que se iba exactamente a esa hora, confiando en que al cabo de pocos minutos llegaría la nueva guardia. Encontré el puesto desierto, crucé la barrera e inmediatamente me interné en el pinar enmarañado que flanqueaba el camino a la derecha.
Como el único remedio contra la melancolía es la acción, resolví escaparme otra vez de mis enemigos. Antes de pudrirme en un campo de prisioneros —que era la suerte que me esperaba en cuanto el hospital fuera trasladado de York Town— prefería arrostrar toda clase de penurias y peligros en las selvas de América como hombre libre. Rumiando en mi mente este plan me presenté al día siguiente, 28 de noviembre, ante el jefe médico y renuncié a mi puesto en el Hospital General, haciéndole saber que me proponía ir a Winchester a reunirme con la tropa. Se me pagó el saldo de la paga que se me debía por mis servicios en el hospital, o sea cuarenta chelines, y entregué mi peluca y mis charreteras, vistiéndome con las ropas de un soldado que ese día había muerto a causa de una herida. Metí en mi mochila camisas, calcetines y otros artículos necesarios, así como también aproximadamente media libra de harina, un poco de carne seca y una botellita de ron; pero esto debía ser sólo una reserva para casos de emergencia. Luego reflexioné sobre la forma de burlar a los centinelas franceses y americanos que vigilaban las barreras en el camino que conducía al Norte. Sería una empresa difícil; pero comprobé que tanto la guardia francesa como la americana eran relevadas a las diez de la mañana, y llegué a la conclusión de que el momento más propicio para eludirlas sería durante el relevo, que distraería su atención.
Mi conclusión resultó acertada. Encontré a la guardia francesa, compuesta de hombres de Soissons que lucían magníficos adornos color de rosa, más atenta a la ceremonia y el despliegue del relevo de la guardia que a su misión primordial, o sea impedir la fuga de los prisioneros. Coloqué una manta alrededor de mi uniforme y me senté en la barrera, aparentando ser un inofensivo espectador. Mientras la primera guardia era inspeccionada por un oficial antes de su relevo, y la segunda era arengada por otro —habiéndose retirado ya el centinela de la primera y no estando apostado todavía el de la segunda—, bajé al otro lado de la barrera y me fui por el camino de Rappahannock.
El método americano del relevo de la guardia era asimismo característico de la joven nación. A las diez debía ser relevada la primera guardia, que se iba exactamente a esa hora, confiando en que al cabo de pocos minutos llegaría la nueva guardia. Encontré el puesto desierto, crucé la barrera e inmediatamente me interné en el pinar enmarañado que flanqueaba el camino a la derecha.
Robert Graves
Últimas aventuras del sargento Lamb
El díptico narrativo que forman Las aventuras del sargento Lamb y Últimas aventuras del sargento Lamb se ha convertido en el gran cicló novelesco sobre la guerra de Independencia de Estados Unidos.
Apoyándose en una ingente cantidad de crónicas de la época y de los textos del propio Lamb, Robert Graves, que al igual que éste sirvió en los Reales Fusileros Galeses, logró con esta obra ofrecer la más clara, ecuánime y emocionante explicación de cómo y por qué los americanos se separaron de la corona británica. Un fresco histórico de Norteamérica e Inglaterra a finales del siglo como sólo Graves podía escribirlo.
En esta segunda parte aparece el célebre relato de la batalla de Guildford (quizás el mayor desastre de esa guerra), considerado una de las mejores recreaciones literarias de una contienda bélica.
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