«El que no pasa por la calle de la Pasa no se casa». Así rezaba un antiguo dicho popular sobre esta vía situada a escasos metros de la Calle Mayor. Aquí se encontraba el arzobispado de Madrid, al que era necesario acudir para solicitar contraer matrimonio. Era una época en la que la unión civil no existía, por lo que sólo la eclesiástica tenía validez.