La aldea estaba situada en lo alto de una suave loma en mitad de los plantíos de trigo del extremo noreste de Oxfordshire. La llamaremos Colina de las Alondras por la cantidad de alondras que usaban los campos de sus alrededores como plataforma de despegue y que tenían costumbre de anidar en los eriales entre las hileras de maíz.
A su alrededor, el terruño duro y arcilloso de los campos de cultivo se extendía en todas direcciones; árido, pardo y azotado por el viento durante ocho meses al año. Con la primavera llegaba la verde explosión del maíz, las violetas crecían bajo los setos y los sauces blancos florecían junto al arroyo, en el extremo de «Los cien acres». Pero solo durante unas semanas, a finales de verano, el paisaje era realmente bello. Entonces, el maíz maduro y cimbreante de los campos parecía crecer hasta alcanzar las puertas de las casas y la aldea se convertía en una isla en mitad de un mar de oro oscuro.
Flora Thompson
Trilogía de Candleford
La Trilogía de Candleford es un clásico de la Inglaterra rural victoriana inspirado en la infancia y juventud de Flora Thompson. Cuenta la historia de tres comunidades vecinas de Oxfordshire: la aldea de Juniper Hill (Colina de las Alondras), donde Flora creció; Buckingham (Candleford), una pequeña ciudad cercana, y el pueblo de Fringford (Candleford Green), donde Flora consiguió su primer trabajo como oficinista de correos. A través de la mirada de Laura, una niña de la aldea que va creciendo a lo largo de los tres libros, la obra captura un mundo aún marcado por las cosechas, los viejos juegos infantiles y un sinfín de canciones al alba en la taberna del lugar. Un mundo que se desvanece porque el campo se mecaniza, las muchachas regresan con ideas modernas de servir en la ciudad y las endiabladas bicicletas invaden la campiña para desconcierto de las viejas generaciones.
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