Diario de Edith Holden, 11 de enero: He ido a ver un bosquecillo a orillas de un canal para recoger hojas de violeta. Al pisar unas hojas muertas, he descubierto, al pie de los árboles, una planta de aro silvestre. Emergía del suelo una blanca vaina y al abrirla he podido ver el amarillo pálido con puntitos oscuros muy destacados de las hojas que estaban fuertemente enroscadas unas sobre otras y maravillosamente protegidas por la piel blanca. He notado que muchas de las yemas de las matas de saúco se han abierto y dejan asomar el verde.
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